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Bush amenaza a Irak, Irán, Corea del Norte y Colombia…
Quieren una guerra sin final

8 de febrero de 2002 | Página 4

Ningún país está a salvo de la brutalidad de Washington. George W. Bush, y su "guerra contra el terrorismo", ha causado miles de muertes en la población civil de Afganistán, ha puesto a una camarilla de pandilleros guerreristas a cargo del país, y ha dejado un millón y medio de personas al borde de la inanición.

Y de acuerdo a su último discurso frente al Congreso de los Estados Unidos, aún queda mucho más por venir. Bush ha amenazado con expandir el baño de sangre a los más remotos confines del mundo, incluyendo lo que él ha definido como el eje diabólico--Corea del Norte, Irak e Irán.

Las amenazas se esparcen incluso sobre el pueblo colombiano, así como el vicepresidente Cheney lo dejó ver en sus últimas intervenciones. Ahora que el asesino gobierno colombiano se ha retirado de las conversaciones de paz y ha movilizado 12,000 tropas en la frontera del territorio controlado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una guerra sin cuartel es el siguiente posible escenario de la guerra sucia que el gobierno colombiano ha desatado contra los rebeldes por ya cuatro décadas.

Los EE.UU. se ha manifestado deseoso de esta guerra desde antes del fatídico 11 de septiembre. En los últimos dos años, los EE.UU. ha canalizado US$1.3 mil millones en ayuda a Colombia--con la mayor parte yendo a parar directamente a los militares y a la policía.

Los oficiales estadounidenses dicen estar luchando una "guerra contra las drogas", pero en realidad esto es una cubierta para proseguir la guerra contra las FARC, a las que los EE.UU. denuncia como "terroristas".

Pero los verdaderos terroristas en Colombia son los militares y los escuadrones de la muerte derechistas. Estos asesinos tienen el peor historial en el hemisferio en lo que a derechos humanos se refiere, y ahora su total brutalidad podría ser desatada bajo la fachada de la "guerra contra el terrorismo" que los Estados Unidos dirige a nivel mundial.

En enero, 650 efectivos militares estadounidenses, incluyendo 150 Fuerzas Especiales, partieron hacia las Filipinas para unirse a 1,200 soldados de este gobierno como "observadores" en las acciones contra las guerrillas Abu Sayyaf, las cuales están también en la lista de Washington.

El Sub-Secretario de Defensa Paul Wolfowitz recientemente reveló su entusiasmo de ir tras los supuestos aliados de Al-Qaeda en Indonesia. Y el mes pasado, un oficial alemán de alto rango dijo a los reporteros, después de las declaraciones del Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que las acciones de los Estados Unidos contra Somalia no eran cuestión de "si", sino de "cómo y cuándo".

Bush incluso advirtió a Irán cuando un oficial americano denunció a Irán de estar proveyendo refugio a militantes de Al-Qaeda. Y por supuesto Irak ha estado siempre al principio de la lista.

Si bien el próximo blanco de la "guerra contra el terrorismo" no está claro todavía, una cosa si lo está: el 2002 será un año de guerra, según Bush declaró en diciembre. "Nuestra guerra contra el terrorismo se extiende más allá de Afganistán", él dijo. "Y en algún punto, a lo mejor algún presidente nos dice: 'Uds. tienen la experiencia, nosotros no. ¿Podrían Uds. enviarnos algunas de sus tropas?' La respuesta va a ser: 'dalo por seguro'".

La gente de Bush quiere una guerra sin un final cierto, con los Estados Unidos como el policía del mundo, llevando a cabo su propia impronta terrorista a donde le parezca. No podemos dejarlos cometer un nuevo ciclo de atrocidades.

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