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¡Defiende el derecho al aborto!

Por Nicole Colson | 19 de marzo de 2004 | página 4

NO ES un secreto que el derecho al aborto está al tope de la lista de blancos de George W. Bush desde el día en que se apoderó de la Casa Blanca. Pero en los últimos meses, los ataques han ocurrido con una frecuencia feroz.

Al cierre de esta edición de Obrero Socialista, el gobernador de Dakota del Sur estaba listo para aprobar un proyecto de ley que prohibiría casi todos los abortos en el estado. La ley es diseñada como una recusación directa en contra de Roe v. Wade, la decisión de la Corte Suprema de EE.UU. que legalizó el aborto en 1973.

En noviembre, los fanáticos antiaborto obtuvieron su mayor victoria hasta el momento en su campaña para menguar el derecho de las mujeres a escoger tener aborto (conocido como el derecho pro-opción) cuándo el Congreso aprobó un proyecto de ley que prohíbe un procedimiento utilizado para efectuar un aborto en las últimas etapas del embarazo, llamado inapropiadamente "aborto de nacimiento parcial" por los que se oponen al derecho al aborto.

En febrero, Bush usó el procedimiento conocido como "nombramiento de receso" para instalar como juez federal al fanático William Pryor--cuyo nombramiento había sido bloqueado por el Congreso--a la Corte de Apelaciones de Circuito. Pryor se ha referido a Roe v. Wade como la "peor abominación de la jurisprudencia constitucional en nuestra historia", y añadió que fue "el día en que siete integrantes de nuestra corte suprema desgarraron la Constitución y desgarraron la vida de millones de niños no nacidos".

Mientras tanto, el Procurador General John Ashcroft trató de husmear los records privados de pacientes que han se han hecho abortos en las últimas etapas del embarazo en hospitales a través de EE.UU. El Departamento de Justicia fue aun más lejos y emplazó a proveedores de abortos a que entregaran los records de centenares de abortos quirúrgicos realizados en San Diego, Los Angeles, Nueva York, Washington, D.C., en la parte oeste de Pensilvania, y en la región de Kansas y Missouri.

Después de muchas protestas en contra esta invasión de la privacidad de las pacientes, el Departamento de Justicia retiró su petición. Simultáneamente, la Cámara de Representantes aprobó la "Ley de las Víctimas de Violencia No Nacidas", que trata ciertos crímenes federales contra mujeres embarazadas como dos crímenes--uno contra la mujer y otro contra el feto.

Si se convierte en ley, la legislación se podrá socavar el derecho al aborto al dar a los fetos un nuevo estatus bajo la ley federal. La definición es tan vaga que un óvulo fertilizado podría tener los mismos derechos que una persona. Pero es iluso el esperar que los Demócratas defiendan el derecho al aborto.

Cuarenta y siete Demócratas de la Cámara de Representantes se sumaron a los Republicanos para votar a favor de la Ley de las Víctimas de Violencia No Nacidas--y 63 congresistas Demócratas y 11 senadores Demócratas votaron a favor de la prohibición de los abortos en las últimas etapas del embarazo el pasado noviembre. Particularmente, los candidatos presidenciales Demócratas más prominentes, los senadores John Kerry de Massachussets y John Edwards de Carolina del Norte, ni se preocuparon de presentarse al congreso para votar en contra de esta prohibición.

Las victorias recientes de los conservadores en contra del aborto nos demuestran porqué es más importante que nunca que nos tiremos a la calle a reconstruir un nuevo movimiento que luche por el derecho al aborto desde la base. Un buen punto de partida es el participar en la "Marcha por las Vidas de las Mujeres" que se llevará a cabo el 25 de abril en Washington, D.C. Es hora de enviarle un mensaje claro a la administración de Bush y a los fanáticos antiabortos: ¡Ni un paso atrás!

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