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Abu Ghraib: El escándolo no pueden esconder

Por Nicole Colson | 24 de septiembre de 2004

La administración de Bush afirma que la tortura cometida en la prisión Abu Ghraib de Irak fue la obra de "unas cuantas manzanas podridas". Pero dos informes publicados a fines de agosto--uno por un panel independiente, y el otro por generales del Ejército--muestra que el escándalo llega aun más lejos.

El ex-Secretario de Defensa James Schlesinger, que dirigió el panel independiente, informó que aproximadamente 300 casos de abuso están bajo investigación--en centros penales en Afganistán y en Guantánamo, Cuba, además de Abu Ghraib. "Entonces los abusos no se limitaron a algunos individuos", dijo Schlesinger.

Los paneles descubrieron que el abuso asqueante de detenidos en Abu Ghraib y en otros lugares incluyó actos de sodomía, palizas, desnudez y aislamiento a largo plazo. En un "juego" horroroso de la policía militar en Abu Ghraib, se usaron perros para aterrorizar a prisioneros tan jóvenes como de 15 años de edad, para que se orinaran o defecaran de miedo.

Desde el comienzo, la administración de Bush ha culpado a un puñado de soldados "inmorales" por el escándalo de tortura. Pero ambos informes les imputan mucha de la responsabilidad a los agentes de inteligencia militar (IM).

La investigación de los generales concluyó que en al menos 16 de los casos--más de la tercera parte de los 44 casos documentados--"el abuso cometido por los soldados de la policía militar fue pedido, estimulado, condonado o solicitado por agentes de IM, o se alega que ocurrió así". El informe también estimó que las tácticas de interrogación de los agentes de IM preparó el camino hacia la intensificación del abuso y la tortura.

El sargento de la reserva Ivan Frederick--uno de los acusados de tortura--describió recientemente como los superiores estimulaban el abuso. "Por un lado, estaba muy rabioso porque este preso había lastimado a un soldado", dijo Frederick a la revista alemana Der Spiegel. "Y me dijeron, 'Humíllalos'".

Frederick dijo que fue alentado por los agentes de IM a desmoralizar a los presos antes de su interrogación, por cualquier medio necesario. "Se trataba de resultados concretos, no les interesaba cómo se lograban", dijo. "Hay definitivamente mucha más gente responsable por lo que ocurrió en Abu Ghraib, y muchos no han sido acusados".

Algunos son agentes de la CIA. Según el informe de los generales, los agentes de la CIA insistieron en que al menos ocho de sus detenidos fueran excluidos de los registros de la prisión--convirtiéndolos en "detenidos fantasmas", ocultos de las organizaciones de derechos humanos, lo que es una violación de las leyes internacionales. Por lo menos uno murió.

Todo esto indica un patrón de abuso y de tortura que se extiende mucho más allá de un "grupo pequeño" de soldados sadistas. "Los abusos no fueron solamente la falta de algunos individuos que no implementaron las normas preestablecidas, y son más que la falta de algunos líderes que no impusieron una disciplina apropiada", concluyó el informe. "Hay una responsabilidad institucional y personal en las esferas más altas". Por ejemplo, el uso de posiciones dolorosas como forma de presión, de desnudez y de perros no eran tácticas de interrogación sancionadas--sin embargo un informe dice que el general Ricardo Sánchez, el anterior comandante de más alto rango en Irak, aprobó tales técnicas.

A pesar de esto, ambos paneles se negaron a culpar a la administración de Bush o a los militares de mayor rango. En cambio, los informes dicen que una falta de "planificación" y que fallas en la dirección crearon el ambiente en que ocurrió el abuso.

La investigación de Schlesinger dice que los oficiales del Pentágono--incluidos el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el Estado Mayor--fallaron en "supervisar" apropiadamente las normas de detención, lo que "contribuyó" a un ambiente en que los prisioneros fueron abusados. Un panel recomendó que haya más policías militares y especialistas de inteligencia, y que sean entrenados mejor--y que todos los prisioneros sean tratados "de manera consistente con la jurisprudencia y la doctrina militar de EE.UU., y con la interpretación estadounidense de las Convenciones de Ginebra".

Esto no es justicia. Después de todo, la administración de Bush ya ha declarado que la "interpretación estadounidense" de las Convenciones de Ginebra incluye "presión y coacción" en las técnicas de interrogación. La verdadera justicia para los detenidos de Abu Ghraib no se hará realidad hasta que George Bush, Donald Rumsfeld y los demás belicosos de Washington sean obligados a responder por sus crímenes.

Traducción de Brian Chidester

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