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LO QUE PENSAMOS
En las elecciones presidenciales del 2004
Queremos una alternativa real

24 de septiembre de 2004 | página 2

AL CIERRE de este número de Obrero Socialista, la campaña presidencial estaba tan cerrada entre el presidente George W. Bush y el Senador Demócrata John Kerry que cualquiera de los dos todavía tiene la oportunidad de ganar la presdidencia. Gane quien gane la presidencia, no habrá ninguna victoria para el pueblo trabajador estadounidense.

Detrás de la retórica de su campaña, Kerry no promete nada muy distinto a Bush. En cuanto a la cuestión más importante de la elección--la ocupación de Irak--ambos candidatos han decidido continuar la desastrosa ocupación, a pesar de los miles de soldados estadounidenses y civiles iraquíes muertos. Sobre otros asuntos, como el matrimonio gay, la reforma del sistema educativo, la represiva ley conocida como el PATRIOT Act, los gastos en armamentos, y muchos otros más, no hay diferencias significativas entre ambos candidatos.

Hay asuntos sobre los cuales hay diferencias entre Bush y Kerry, pero los que piensan votar por Kerry contra Bush debieran mirar más de cerca los asuntos en los que no hay ninguna diferencia. Sin embargo, temiendo otro cuatrenio de Bush, la abrumadora mayoría de los progresistas promueven el voto por "cualquiera menos Bush"--en efecto, un voto por Kerry.

Es comprensible que millones quieran ver derrotado a Bush en noviembre a cualquier costo. Pero, ¿qué significa exactamente "derrotar a Bush"? Para el Partido Demócrata, significa derrotar a Bush aceptando sus propios términos. En otras palabras, derrotar al individuo Bush, no a las políticas que él representa.

Desafortunadamente, muchos activistas y progresistas han asimilado este argumento. Por ejemplo, activistas bien conocidos, como la escritora Naomi Klein y la defensora de derechos humanos Medea Benjamin, han promovido un voto por Kerry como un gesto de solidaridad con las víctimas del imperialismo estadounidense.

Pero, desde el punto de vista de la lucha palestina contra el terror israelí, no hay "mal menor" en la elección del 2004. La campaña de Kerry defendió una postura tan fanáticamente pro-Israel como cualquiera proveniente de los "halcones" neoconservadores de Bush.

Kerry ya ha amenazado al gobierno venezolano de Chávez. Y uno de sus asesores principales es Rand Beers, el arquitecto del Plan Colombia bajo el gobierno de Bill Clinton. Entonces, un voto por Kerry es un voto por la guerra y por la continuación de la misma agenda de Bush, sólo bajo otro nombre.

A pesar de quienes hablan de las grandes diferencias entre Kerry y Bush, una importante minoría se apresta a decir "ni uno ni otro" a la opción que presentan los dos partidos principales del sistema.

Nader y Camejo están llevando a cabo una campaña que desafía no sólo a Bush y los Republicanos, sino también al otro partido de las corporaciones y de los belicistas de Washington--el Partido Demócrata. Nader y Camejo apoyan la terminación de la ocupación en Irak, la revocación del PATRIOT Act, el derecho a asistencia médica para todos, el derecho a casarse de los gays y lesbianas, y el derecho a obtener licencias de conducir para todos los inmigrantes.

Obrero Socialista insta a sus lectores a votar por Nader y Camejo el día de las elecciones, y al día siguiente a unirse a la lucha por nuestras metas--para que regresen las tropas de Irak y Afganistán, y para que se nos haga justicia en nuestras comunidades y en nuestros lugares de empleo.

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