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Contra los ataques de Bush estamos...
En pie de lucha

26 de noviembre de 2004 | página 1

GEORGE W. BUSH se está preparando para lanzar ataques--con planes para nuevas guerras, privatizar el sistema de Seguro Social, y proscribir el derecho al aborto de la mujer. Y no va a detenerse hasta que sea confrontado por una resistencia popular.

Los ayudantes de Bush no han perdido tiempo en revelar a los medios sus esquemas más exagerados: privatizar el Seguro Social, reemplazar el sistema de contribuciones sobre ingresos con un impuesto nacional sobre las ventas que es regresivo (afecta más a los pobres que a los ricos), restringir el derecho de los consumidores a demandar en las cortes a las corporaciones.

En el ámbito internacional, la agresión de Bush va a aumentar, desde el aniquilamiento de la resistencia iraquí en Faluya, hasta el aumento de asistencia militar al gobierno colombiano para su guerra sucia contra la guerrilla.

A la vez, Bush promete imponer "disciplina en los gastos"--jerga con que indica su deseo de desangrar lo que queda de la red de seguridad social. Quizás lo más polémico será cuando Bush intente premiar a los fundamentalistas cristianos con el nombramiento de jueces federales, incluso jueces de la Corte Suprema, que se oponen al derecho al aborto.

Si Bush está en la posición empujar tal agenda, se lo debe a los Demócratas porque no se puede contar con ellos para ofrecer ninguna resistencia real. Los Demócratas fueron quienes le dieron a Bush los votos que necesitaba para aprobar sus recortes de impuestos para los ricos en el Senado--y la campaña terrible del Senador John Kerry nunca desafió a Bush en cuanto a la guerra en Irak o sobre cualquier otro asunto de mayor importancia.

Sin embargo, podemos detener a Bush--por medio de la organización, la protesta y la lucha. Hoy en día, la guerra de Bush en Irak todavía es detestada por muchos--y debe convertirse en el foco de nuevas protestas. Los sindicatos, las organizaciones comunitarias y otras tienen que convocar una oposición ahora para derrotar la tentativa de Bush de destruir al Seguro Social. Tenemos que renovar el movimiento por los derechos de la mujer--y enviar un mensaje claro de que lucharemos por el derecho al aborto sin disculpas porque la mujer tiene el derecho a controlar su propio cuerpo.

Con respecto a estos asuntos no estamos partiendo de cero. Los cientos de miles de personas que participaron en las enormes protestas contra la guerra durante los últimos dos años--y los millones más que se oponen a la guerra de Bush por petróleo--pueden formar la base de una oposición real a la agenda imperial de Washington. Y mientras más fuerte sea la resistencia contra Bush en cuanto a la guerra, más fácil será nuestra capacidad para luchar por otros objetivos también.

Bush tiene un exceso de confianza--y va a encontrarse en medio de peleas que no esperaba. Lo podemos hacer retroceder--y proseguir a luchar por nuestras propias prioridades.

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