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Los terribles estragos de la ocupación de Bush
Faluya "inhabitable aun para animales"

Por Eric Ruder | 28 de enero de 2005 | página 2

TRAS CASI dos meses de una salvaje ofensiva estadounidense, la gente de Faluya comenzó a volver a su ciudad--para encontrarse con montones de escombros y barrios enteros destruidos.

El ataque estadounidense, denominado Operation Phantom Fury, destruyó entre 25 y 40 por ciento de las 50,000 residencias de la ciudad, según un informe. El número de bajas civiles probablemente excederá los 10,000.

Pero los hechos todavía son difíciles de confirmar, porque aunque EE.UU. declaró a Faluya "pacificada" a principios de diciembre, en enero todavía seguía bombardeando la ciudad cada noche y no había permitido que la Cruz Roja realizara una operación humanitaria efectiva.

Para los residentes que regresan a sus casas, no es lo mismo que antes. Con las noches del invierno alcanzando temperaturas bajo cero, Faluya carece de agua potable y electricidad. "Ni siquiera los animales, que no tienen sentidos ni sentimientos humanos, pueden vivir aquí", dijo Yasser Satar, con la cara bañada en lágrimas, mientras contemplaba su casa destruida. "¿Que quieren de Faluya? Este es el crimen del siglo. Quieren destruir el Islam y a los Musulmanes. Pero nuestra cólera y resistencia aumentarán".

Mientras tanto, EE.UU. está organizando una operación Orwelliana masiva con el propósito de controlar todo movimiento de entrada y salida a la ciudad.

Solo habrá cinco carreteras accesibles a Faluya, y cada una tendrá un fuerte control armado. Todos los residentes deberán ser fotografiados, dar sus huellas digitales y someterse a un registro de retina para obtener sus carnets de identificación--que deberán portar a la vista en todo momento.

"Aunque el Teniente General John Sattler aseguró a los periodistas estadounidenses que este procedimiento solo duraría 10 minutos, la implicación es que la entrada y salida de la ciudad dependerá únicamente de carnets de identidad oficiales, semejante al sistema de pases usado en Africa del Sur durante la era del apartheid", escribió Michael Schwartz, un profesor de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook.

Gracias a que los medios de comunicación internacionales han informado sobre el ataque estadounidense a Faluya, existe cierto entendimiento sobre la carnicería acaecida allí. Pero la verdad es que la guerra estadounidense ha causado miseria y dificultades por todo Irak--con poca esperanza de mejoras.

"Durante el último año, ha habido evidencia suficiente de que todo nuestro proyecto en Irak está repleto de fallos irremediables, que nuestros ejércitos occidentales--cuando no están torturando prisioneros, matando inocentes y destruyendo una de las mayores ciudades de Irak--están siendo apabullados por una guerrilla armada feroz, como nunca habíamos visto en el medio oriente", escribió el veterano periodista Robert Fisk.

"Es difícil pensar en algo que no haya fracasado o empeorado en Irak durante el último año. La red eléctrica está volviendo a colapsar, las [filas para obtener gasolina] son más largas que durante los días siguientes a la invasión ilegal del 2003, y la seguridad es inexistente, excepto en el norte kurdo del país. La propuesta de enjuiciar a los oficiales de Saddam parece cada vez más un intento de justificar la invasión y distraer la atención de los horrores que vendrán. Incluso las próximas elecciones comienzan a lucir cada vez más como una distracción. Porque si los Sunitas no pueden--o no quieren--votar, de que servirán estas elecciones?"

Bajo condiciones como estas, no debe sorprendernos que más y más iraquíes sigan incorporándose a las filas crecientes del ejército rebelde que lucha contra la ocupación.

Pero ahora hay un nuevo estimado sorprendente de su tamaño--viniendo del propio director de la agencia de inteligencia iraquí, el Gral. Mohamed Abdullah Shahwani. "Creo que la resistencia es mayor que el ejército estadounidense en Irak", dijo Shahwani a Agence France Presse. "Creo que la resistencia cuenta con más de 200,000 personas".

Además de ser 10 veces mayor que cualquier estimado dado por los oficiales estadounidenses, los expertos de EE.UU. ni siquiera ponen a esta cifra en duda. "Yo creo que el estimado del General Shahwani no está lejos de la realidad, dado que se refiere principalmente a simpatizantes y colaboradores activos, y a insurgentes permanentes como también a los que operan a tiempo parcial", dijo el analista de defensa Bruce Hoffman, quien fue consejero de las fuerzas de ocupación estadounidenses antes de volver a EE.UU. a trabajar para Rand Corporation.

Anthony Cordesman, un conocido analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, quien recientemente emitió su propia crítica severa de los planificadores de guerra estadounidenses, estuvo de acuerdo. Según él, "Los estimados iraquíes si...reconocen que la insurgencia en Irak disfruta de un amplio apoyo en las zonas sunitas, mientras que los estimados estadounidenses minimizan esto hasta el punto de engañarse a ellos mismos".

Con el Irak sunita en rebelión abierta y generalizada, la única manera de que EE.UU. pueda aferrarse a un mínimo de apariencia de control es dependiendo de sus partidarios entre los chiitas. Pero según EE.UU. se apoye más y más sobre los chiitas, más se inclina el país entero hacia la guerra civil--y las elecciones probablemente no resuelvan nada.

"Irak todavía no está al borde de la guerra civil, pero se está polarizando más según pasan los meses", escribió Patrick Cockburn, el corresponsal para Irak del periódico británico Independent. "La elección permitirá que las tres comunidades [sunitas, chiitas y kurdos] midan su fuerza, pero no decidirá nada más. EE.UU. podrá resistir el levantamiento mientras sea limitado a los sunitas, aunque no tiene la fuerza para aplastarlo. Pero el momento en que se subleven los chiitas, será cuando su ejercito tendrá que retirarse de Irak".

Traducción de Federico Moreno

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