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LO QUE PENSAMOS Importante batalla por la Corte Suprema Peligra el derecho al aborto septiembre-octubre de 2005 | página 2 LUEGO DE una semana de audiencias que no clarificaron nada, el Senado estaba listo a votar para favor para confirmar al Juez John Roberts para ser presidente de la Corte Suprema de EE.UU. al cierre de esta edición de Obrero Socialista. La suma de Roberts a la Corte Suprema es otro paso hacia la revocación del derecho al aborto. Pero no aparenta ser así porque los senadores le permitieron a Roberts a evadir las preguntas más basicas sobre sus opiniónes acerca de los derechos civiles más importantes. Los Demócratas se quedaron frustrados, pero la mayoría de ellos rehusaron a confrontar a Roberts para que ofreciera respuestas. Eso fue el resultado del "respeto del proceso" y del enfoque sobre cuestiones obscuras en vez de haber lanzado un ataque directo. David Corn comentó en The Nation, "Los Demócratas no han logrado en presentarlo como un peligro a los estadounidenses." Fue otra oportunidad de oponerse a la agenda de Bush en que los Demócratas han fracasado. Roberts es un conservador de línea dura que, como subsecretario de Justicia bajo Bush padre, clamó a la Corte Suprema que "Roe fue una decisión incorrecta y debe ser revocada", y que no hay "derecho fundamental al aborto". Mientras la derecha fue recompensada con un candidato conservador que eventualmente podría anular Roe v. Wade, la tarea se le hizo más fácil a los Demócratas y las organizaciones liberales--que parecían incapaces de proponer la idea de un candidato que fuera capaz de apoyar ideas progresistas. En vez de defender el derecho al aborto sin disculpas, los Demócratas también se han movido a la derecha--repitiendo el lema de Bill Clinton que el aborto debe ser "seguro, legal y raro" (con el énfasis siempre en "raro"). Recientemente, líderes del partido--inclusive los senadores Hillary Rodham Clinton y John Kerry, además del presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC) Howard Dean--han señalado que están dispuestos a moverse a la derecha en cuanto al derecho al aborto, diciendo que los Demócratas deben dar la bienvenida a los que se oponen al aborto y enfocarse en la reducción del número de abortos, en vez de asegurarle el acceso a toda mujer que lo necesite. Dean hasta reivindicó el "derecho de los estados" (viejo chantaje usado por los racistas del sur) al abordar el asunto del aborto--señalando en mayo a Tim Russert, presentador de Meet the Press, que puesto que "la gente cree cosas diferentes en varios estados", las restricciones del aborto deben ser redactadas por juntas médicas de los estados individualmente. Según el enfoque de Dean, mala suerte para las mujeres que vivan en estados sureños conservadores si quieren tener un aborto. Con su intento de probar sus "valores morales" tras la derrota electoral desastrosa del año pasado, los Demócratas a lo que suenan es a estrategas Republicanos cuando le ruegan a Bush que seleccione un "conservador justo y con sentido común al estilo de la jueza O'Connor". En cambio, el líder Demócrata de la minoría en el Senado, Harry Reid, dijo a los reporteros en julio que no "anticipa ninguna obstrucción legislativa" para bloquear a los nominados de Bush. Hasta el senador liberal Ted Kennedy ha prometido no aplicarle ninguna "prueba crítica" a los nominados. El año pasado, más de un millón de personas acudieron a Washington, D.C., para reivindicar el derecho al aborto en la "Marcha por la Vida de las Mujeres". Aquel día, Demócrata tras Demócrata nos dijo que teníamos que votar por John Kerry para salvaguardar el derecho a decidir. Esa estrategia solo nos ha hecho daño--dificultando lo que hubiera podido ser el comienzo de una nueva lucha de base para proteger y expandir el derecho al aborto. No podemos confiar en un partido que ya ha reculado tanto en cuanto al aborto. Y no debemos tener esperanza de que Roberts termine siendo más "moderado" de lo que ahora parece. Es hora de reconstruir una verdadera lucha por el derecho al aborto donde sí hace diferencia, en las calles.
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