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ELECCIONES EN BOLIVIA
Evo y el MAS arriba en las encuestas

Por Tom Lewis | noviembre-diciembre de 2005 | página 2

EVO MORALES y el Movimiento al Socialismo (MAS) encabezan la preferencia electoral en Bolivia con 30.7 por ciento de las intenciones de voto, según las encuestas de mediados de noviembre.

Las elecciones se celebrarán el 18 de diciembre y se espera una victoria de Morales, aunque la situación está todavía bastante fluida. A muy poca distancia de Morales aparecen Jorge "Tuto" Quiroga, el ex-presidente neoliberal, y su partido, Poder Democrático y Social (PODEMOS).

Samuel Doria Medina y su Unidad Nacional (UN) ocupan el tercer lugar con 13.9 por ciento de la intención de voto. Doria Medina, quien representa el capital nacionalista y promueve un discurso populista, dijo recientemente que daría sus votos en el Colegio Electoral al candidato ganador de las elecciones en diciembre.

Ese gesto aseguraría el triunfo del candidato más votado y abre una verdadera posibilidad de que Morales salga elegido como presidente. Las elecciones presidenciales fueron postergadas de su fecha original del 4 de diciembre a causa de un impasse en el Congreso sobre la redistribución de escaños.

Los departamentos del este y del sur--precisamente los departamentos dotados de petróleo y gas natural--habían pedido un aumento del número de sus diputados en el Congreso conforme con el último censo de la población. Pero estos departamentos se empeñaban en rechazar los compromisos ofrecidos por los departamentos andinos que son, en general, más pobres y más poblados.

Muchos observadores estiman que la petición de redistribuir escaños significaba una maniobra por parte de los intereses petroleros para impedir las elecciones. Si el presidente interino Eduardo Rodríguez no hubiera intervenido para imponer un compromiso por decreto, las elecciones se habrían esfumado del horizonte político boliviano durante un período indeterminado, inaugurando así una crisis constitucional y dando lugar a protestas masivas.

En preparación para su posible victoria electoral, Morales y su candidato para la vicepresidencia, el intelectual y ex-guerillero Álvaro García Linera, se reunieron en septiembre con oficiales del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y otros organismos internacionales.

Según un informe de Econoticiasbolivia, García Linera explicó a los representantes del capitalismo globalizador que la política masista incluye "como eje central la 'recuperación' de los recursos naturales, pero respetando los contratos firmados con las empresas extranjeras". "No habrá ni expropriaciones ni confiscaciones de la propiedad y riqueza de las petroleras", afirmó García Linera.

El concurso electoral ha dominado las actividades de la izquierda amplia y los movimientos sociales desde julio. Las energías rebeldes que caracterizaban los meses de mayo y junio--cuando una huelga general botó al ex-presidente Carlos Mesa--se han disipado.

Morales cree que la posesión y la explotación de los recursos del gas boliviano le otorgarán un grado de independencia nacional frente al imperialismo neoliberal. Como Chávez, quien pretende usar los ingresos de la industria petrolera estatal para beneficiar a los venezolanos más pobres, Morales quiere aprovecharse de un futuro control estatal del gas para satisfacer las demandas de los bolivianos que quieren una ruptura con el modelo neoliberal.

Lo más probable es que si gana la presidencia, el gobierno de Morales se parecerá más al de Lula en Brazil que al de Chávez en Venezuela. Sin la presión activa de las masas bolivianas, Morales decepcionará a su base y administrará una versión del neoliberalismo todavía compatible con la hegemonía de las transnacionales.

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