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EL SENTIDO DEL MARXISMO
¿Existen bastantes recursos para todos?

Por Paul D'Amato | noviembre-diciembre de 2005 | página 3

Las ciencias económicas, según muchas definiciones, son las "ciencias sociales que estudian del reparto de los recursos escasos" (Wikipedia). Ésta es la más perniciosa de todas las ideas que supuestamente representan el "sentido común": que aboga que dado que los recursos son limitados, debemos tomar decisiones difíciles sobre a quién se le dará qué cosa.

Esta idea es usada para justificar todo tipo de desigualdad y exigir que los pobres "se ajusten sus cinturones". La premisa de que los recursos disponibles son limitados es usada para echar a los obreros en contra de los pobres y convencerlos que lo gana un grupo es perdido por el otro.

De acuerdo a este argumento la escasez de empleos significa que ciertos trabajadores se los "roban" a otros trabajadores. La noción de escasez sostiene la idea de que algunas personas reciben beneficios "inmerecidos" del gobierno a costa del resto de la gente.

Cualquier programa de asistencia social se ve como un regalo que debe ser sostenido escamoteándole recursos a otros programas. Hay que desnudar a un santo para vestir al otro. La riqueza y los recursos de nuestra sociedad son presentados como un pastel. Si obtienes una rebanada, alguna otra persona no la recibe.

La premisa de que "no hay suficiente para todos" abarca la discusión sobre los esfuerzos de socorro para las víctimas del Huracán Katrina. Los Republicanos en el Congreso están listos para tomar "decisiones difíciles" al proponer recortes a la asistencia social de hasta $50 mil millones para poder "pagar" por las medidas de socorro.

Uno de los recortes propuestos es de $574 millones al Programa de Cupones de Alimentos que le quitaría esta ayuda a 300,000 personas. En pocas palabras, para otorgarles asistencia a 300,000 pobres devastados por los huracanes, otras 300,000 personas pobres tendrán que sufrir.

La verdad es que estas opciones no son impuestas por falta de recursos, sino por las necesidades económicas y las prioridades del capitalismo.

Según señaló Marx hace muchos años, el capitalismo es el primer sistema económico que cae en crisis, no a causa de la escasez, sino a causa de la abundancia.

Los capitalistas sufren cuando no pueden vender sus productos, o sea, cuando tienen demasiados productos comparado con lo que pueden vender. No obstante, cuando una compañía particular "sufre", el dolor no es compartido igualmente dentro de la empresa. Algunas personas no sufren nada.

Delphi, una filial de General Motors que fabrica piezas de carros, perdió $747 millones en los dos primeros trimestres de este año y perdió $4.8 mil millones el año pasado. Para salir de la bancarrota, quieren que sus trabajadores se traguen reducciones en sus salarios y beneficios por más de un 50 por ciento.

Si los trabajadores son forzados a aceptar esto, devengarán (con el valor de los dólares de 2005) poco más que el salario mínimo que se pagaba en 1970. Pero los ejecutivos de Delphi no son víctimas de ningunas decisiones difíciles.

La compañía les está ofreciendo a sus ejecutivos bonos en efectivo que van desde $50,000 a $475,000, en total unos $87.9 millones, cuando la compañía salga de la insolvencia o sea vendida. El presidente Rodney O' Neal obtendría un bono total de $2.75 millones por encima de su sueldo de $1.15 millones.

Hay una manera de eliminar la pobreza: imponiéndole impuestos a los ricos en vez de darles dinero, aumentando los salarios de los trabajadores y recortando la compensación de los ejecutivos--políticas que serían un buen punto de partida.

El capitalismo crea pequeñas islas de escasez aparente que entonces son usadas para justificar la miseria de muchos: una sequía local destruye la cosecha de una región, una compañía se va a la quiebra, una crisis económica azota a un país entero, y así por el estilo.

Pero en su totalidad, la economía mundial es rica en recursos. De acuerdo al Informe Sobre Desarrollo Humano de 2005 de las Naciones Unidas, tan sólo el 12 por ciento de lo que se gasta en armamentos sería suficiente para proveerle cuidado médico a todo el mundo, incluyendo la inmunización de todos los niños, la eliminación de la malnutrición severa, la disminución a la mitad de la malnutrición menos severa y la provisión de agua potable para todos.

La verdad es que la riqueza capitalista ha estado expandiéndose por décadas. De hecho, el pastel se ha agrandado, pero los super-ricos se han ido apoderando de una parte cada vez mayor de la riqueza a la que ellos no contribuyen nada para producir.

Mientras los ricos puedan convencernos de que debemos aceptar menos para "preservar" nuestros trabajos, o tolerar recortes de algún programa para preservar otro, seguirán saliéndose con la suya. La clave para reconstruir la solidaridad entre trabajadores es el rechazar la noción de que debemos competir unos con otros para lograr un pedacito de recursos que nos venden como escasos.

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