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Persecución de activistas políticos
FBI invade hogares en Puerto Rico

Por Héctor Reyes | marzo-abril de 2006 | página 4

APENAS CUATRO meses después de que el FBI asesinó al activista independentista puertorriqueño Filiberto Ojeda Ríos, los agentes federales regresaron para perseguir a otros activistas independentistas. El 10 de febrero, los federales invadieron y saquearon cinco hogares y la oficina de una organización religiosa comunitaria activa en asuntos de la vivienda.

Los funcionarios del FBI reclamaron que sus allanamientos lograron frustrar un potencial "atentado terrorista doméstico". Docenas de agentes--muchos de ellos pertenecientes a un escuadrón especial basado en Miami--confiscaron archivos, computadoras, máquinas de fax y teléfonos celulares. Aunque nadie fue arrestado, varias personas fueron detenidas y mantenidas esposadas por varias horas.

En el sector de Río Piedras de la capital, el FBI fue confrontado por independentistas, estudiantes y socialistas. Los agentes empujaron a la multitud y los rociaron con gas pimienta indiscriminadamente--inclusive directamente en la cara de varios periodistas que cubrían la confrontación.

Sin embargo en una declaración pública, el FBI tuvo la desfachatez de decir que la multitud fue atacada con gas pimienta para "proteger a los miembros de los medios".

Las personas perseguidas por el FBI pertenecen a Rompiendo el Perímetro (REP), una coalición nueva formada después del asesinato de Ojeda Ríos. REP ha organizado protestas públicas a través de la isla exigiendo una investigación exhaustiva de la muerte de Ríos, quien murió desangrado luego de haber sido herido por el FBI.

Las acciones del FBI fueron tan ofensivas que hasta el gobernador de Puerto Rico, Aníbal Acevedo Vilá, se vio forzado a distanciarse de los sucesos, reclamando no haber tenido conocimiento previo y declarando "no hay justificación para el uso excesivo de la fuerza".

El FBI reclama que procuraba prevenir un atentado terrorista del difunto Ejército Popular Boricua_conocido como los Macheteros--del cuál Ojeda Ríos era un líder, y que fue acusado del robo de $7 millones de un vehículo blindado de Wells Fargo en Connecticut en 1983.

Según la declaración de prensa del FBI, el supuesto ataque de los Macheteros en el que "artefactos explosivos iban a ser utilizados, era dirigido contra intereses privados en Puerto Rico, y también contra el público en general". Pero esto es más de la misma manipulación que la administración de Bush ha utilizado para justificar sus atrocidades y el aplastamiento de nuestros derechos dentro y fuera del país.

Según el ex-legislador del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), David Noriega, dijo en una entrevista de radio en San Juan, "la única explicación lógica que yo le veo a esta atrocidad es que hay como una saña, un sentido antipuertorriqueño, porque a fin de cuentas están descargando su furia...contra el pueblo que los sacó de Vieques".

Los activistas no se quedaron cruzados de brazos y organizaron marchas y protestas en los días siguientes a los allanamientos. El PIP y el Congreso Nacional Hostosiano convocaron a sendas protestas a las que concurrieron miles de manifestantes frente a facilidades federales en la isla para denunciar las injusticias ejecutadas por el gobierno de EEUU en Puerto Rico.

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