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Bush • Rice • Olmert
Buscados por crímenes de guerra

septiembre-octubre de 2006 | página 1

EL ATAQUE israelí sobre el pueblo libanés fue una guerra que el gobierno de EEUU quería y deseaba. Fue una escalada en la guerra que Israel lleva a cabo contra el pueblo palestino, con miras a avanzar y extenderse en la dominación de los EEUU e Israel en el Medio Oriente.

Los EEUU cargan con la responsabilidad por la muerte y destrucción causada por las fuerzas armadas de Israel; la matanza de cientos de personas, el desplazamiento de cientos de miles, y el bombardeo de puentes, usinas eléctricas, fábricas y caminos, operativo planeado para "hacer retroceder al Líbano 20 años en el tiempo" como lo afirmó el Jefe del Estado Mayor del ejercito israelí, Dan Halutz.

Israel a creado de forma deliberada una vasta crisis humanitaria, al desbastar la infraestructura del Líbano provocando una aguda escasez de alimentos, medicinas, alojamiento y combustibles.

La masacre en Qana--que mató a más de 60 libaneses, incluyendo familias enteras--sacó a la luz los fines isrealíes reales. Este bombardeo de no combatientes, que no respondió a ningún ataque por cohete de Líbano, fue una acción del terrorismo del estado israelí. Tanto el presidente Bush y Condoleeza Rice, su secretaria del Estado, como Ehud Olmert, el primer ministro de Israel, tienen las manos sangrientas.

Israel afirmó que su asalto contra Líbano respondió a la captura de dos soldados israelíes por parte de los combatientes de Hizbulá. Por el contrario, fue una campaña orquestada con mucha antelación, y fue aprobada en lo político y equipada militarmente por los EEUU en el marco de las actuales guerras en Irak y Afganistán.

Como activistas en EEUU, tenemos la particular responsabilidad de apoyar al pueblo palestino y libanés, y a todos aquellos que resisten las guerras de Israel y su apoyo norteamericano. Rechazamos el pretexto de la "guerra contra el terrorismo" como afirman tanto los Demócratas como los Republicanos, como asimismo también los medios de información del sistema.

La matanza y la crisis humanitaria causadas por las bombas, los misiles y aviones israelíes de fabricación norteamericana en la franja de Gaza y Cisjordania (West Bank) así como en el Líbano, mostraron claramente la mentira de las promesas de democratización que acompañaron las invasiones norteamericanas en Irak y Afganistán.

Pero la escala de destrucción infligida al Líbano conlleva también un profundo mensaje a todo el mundo: que tanto EEUU como su ejecutor Israel están listos para usar los más terribles y sanguinarios métodos a fin de lograr sus objetivos. El cese de fuego actual meramente pospone la próxima fase de la guerra norteamericana/isrealí.

El apoyo total que recibe Israel y su guerra de agresión por parte de los políticos y los medios, no solo refleja la alianza con Israel de larga data, sino el incremento del racismo y la represión por parte del estado hacia los árabes y musulmanes en los EEUU

Desde los ataques ocurridos el 11 de setiembre de 2001, EEUU ha usado la "guerra contra el terrorismo" para restringir las libertades civiles. Considerar a una persona más sospechosa por pertenecer a determinado grupo étnico, interrogatorios, detenciones y deportaciones se han convertido en una realidad tanto para árabes como para musulmanes.

Este racismo converge con las ideas y suposiciones del proyecto sionista, que los árabes y musulmanes no tienen derechos que valga la pena considerar.

La guerra de Israel contra el Líbano es el presagio de un funesto nuevo giro de la "guerra contra el terrorismo" de Washington. Oponerse a los planes imperiales del gobierno norteamericano es de suma importancia para revivir y fortalecer el movimiento contra la guerra en los EEUU, desarrollando la solidaridad internacional y oponiéndose a las intervenciones imperialistas norteamericanas, ya sean llevadas a cabo directamente por EEUU o por medio de los militares israelíes.

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