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Tras la prueba de las armas nucleares
EEUU hace aumentar la presión contra Corea de Norte

noviembre-diciembre de 2006

LAS NOTICIAS de la prueba norcoreana de armas nucleares le dan al mundo la lección amarga de la "guerra contra el terrorismo" estadounidense. Además, los oficiales de EEUU están avivando las llamas de la crisis al proliferar las amenazas contra el régimen norcoreano.

Dennis Hastert, el presidente de la Cámara de Representantes, calificó la prueba subterránea del 9 de octubre como "una acción desesperada de un régimen criminal". Los Demócratas, a la vez, trataron de flanquear al presidente Bush a la derecha. "La administración Bush ha estado durante varios años, en un estado de rechazo sobre el creciente reto de Corea del Norte, y con mucha frecuencia, ha tratado de restar importancia al asunto o cambiar el tema", dijo Harry Reid, el líder de la minoría Demócrata del Senado.

Bush sostiene que su administración está comprometida a "la diplomacia" para superar la crisis. No obstante, después de que el gobierno chino condenó la prueba norcoreana, EEUU trataba de impulsar sanciones más estrictas en la Organización de Naciones Unidas (ONU), bajo el capítulo 7 de la constitución de la ONU que podría incluir una respuesta militar.

Es este tipo de respuesta bélica por EEUU que presionaba Corea del Norte a hacer la prueba en primer lugar.

Durante los 1990, la administración de Clinton le prometió a Corea del Norte el comercio, la asistencia alimental, apoyo a un programa civil de producir energía nuclear, y eventualmente, un tratado de paz formal para incentivar que el gobierno abandonara su desarrollo de armas nucleares. Pero EEUU no cumplió sus promesas - aparte de proporcionar el combustible petrolero y, mediante la ONU, una cantidad pequeña de asistencia alimental. Esencialmente, Clinton prolongaba la política de presión contra Corea del Norte hasta el punto de ruptura.

Bush empeoró la situación al tomar su cargo de presidente. Rechazó las negociaciones directas con Corea del Norte y adoptó una actitud belicosa al régimen, incluso insultando al líder coreano Kim Jong-Il como un "pigmeo".

Después del 11 de septiembre, Bush calificó Corea del Norte como una gran amenaza por ser parte de su llamado "eje diabólico" que lo pusiera en la lista de blancos potenciales de la guerra preemptiva de EEUU. El objetivo era maximizar la influencia estadounidense político y militar en la Asia oriental, una de las regiones económicas más importantes del mundo.

En este contexto Kim Jong Il, el líder coreano y dictador estalinista, reveló un programa de producción de armas nucleares, con la espectativa de garantizar la supervivencia de su régimen. Cuando EEUU invadía y ocupaba Irak, los líderes coreanos aparentamente concluyeron que solamente la posesión de armas nucleares podría salvar Corea del Norte de un destino similar.

El enfrentamiento con Corea del Norte provocado por Bush es el ejemplo más reciente de las presiones militares de EEUU junto con su estado aliado, Corea de Sur, que dataron de la guerra entre las dos Coreas de 1950 a 1953. En términos técnicos, las dos Coreas han permanecido en estado de guerra desde aquel entonces. Corea del Norte ha gastado muchos de sus escasos recursos para desarrollar sus fuerzas armadas para defenderse.

No está claro ni cuándo ni si es posible que Corea del Norte pueda convertir su aparato nuclear en armas.

Mientras que los oficiales EEUU denuncian Corea del Norte por tratar de obtener las armas nucleares, es esencial recordar que la Marina de EEUU —armada con bombas nucleares— está estacionada junto al litoral norcoreano amenazando de manera permanente al régimen. Por supuesto los EEUU es la única nación que ha utilizado las armas nucleares tras haber bombardeado a Japón con dos bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta crisis fue evitable. Corea del Norte ha pedido repetidas veces que Washington participe en negociaciones directas. Pero EEUU siempre lo ha rechazado. La administración Bush se ha negado a aprobar un tratado de no-agresión pedido por Corea del Norte. Éste reconocería el derecho de existencia del gobierno coreano.

Puede que el régimen coreano se haya aprovechado las crisis empeorantes en Irak y Afganistán para desafiar la administración de Bush.

Es probable que el Consejo de Seguridad de la ONU vaya a confeccionar una nueva resolución contra Corea del Norte, quizás incluyendo la autorización para que el consejo tome medidas miltares en contra de "las amenazas a la paz".

La crisis norcoreana "podría ser una cosa buena" le dijo el parliamentario israelí Ephraim Sneh a Radio Israel. Explicó que los oficiales israelíes debieron utilizar los acontecimientos en Corea para convencer a la comunidad internacional que "haga algo [con respecto al Irán] antes de que se agote el tiempo".

El gobierno japonés está aprovechándose el programa nuclear norcoreano para justificar sus propias ambiciones por el rearmamento, incluyendo las armas nucleares. El potencial de un Japón con armas nucleares tiene repercusiones por la China y las dos Coreas, posiblemente provocando una nueva carrera de armas nucleares en el continente asiático.

En Corea del Sur enfrentan la posibilidad aterrador de que EEUU lance un ataque militar. De acuerdo a los analistas militares de Stratfor, Corea del Norte tiene unas 10,000 piezas de artillería fortificadas dirigidas a Seúl, ciudad de 20 millones de personas.

Ninguna persona lúcida desea una guerra —nuclear o convencional— en la península coreana. Al fin y al cabo, el desarmamento genuino debe comenzar con el impulsador de la militarización en Asia —el gobierno de EEUU.

Traducido por Lance Selfa.

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