Huelga docente mexicana crece
Todd Chretien reporta sobre los nuevos esfuerzos de los maestros mexicanos para intensificar su lucha.
TRAS MÁS de un mes en huelga, decenas de miles de maestros mexicanos se unieron a otros sindicatos y a los estudiantes universitarios para llamar a un paro nacional los días 19 y 20 de septiembre.
Durante la jornada, los maestros intensificaron sus acciones a lo largo del país. En Chiapas, los maestros ocuparon por más de 48 horas las instalaciones de Pemex, la empresa estatal petrolera, y en Baja california una garita de transito por donde miles de camiones pasas a diario. Los sindicatos y estudiantes de la Universidad Autónoma de México también se sumaron a las movilizaciones.
Durante el Lunes, 23 de septiembre, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), repartió una consulta entre las secciones del país para recibir la opinión de los miembros en relación a cómo seguir la lucha, particularmente cómo mantener el plantón en el zócalo del Distrito Federal.
La expansión de la huelga se produjo en respuesta al asalto de la policía federal contra el campamento de los maestros en la plaza nacional, el zócalo, en el centro de la Ciudad de México, el 14 de septiembre, desalojando el plantón.
La CNTE es un caucus militante del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). El liderazgo del SNTE ha tradicionalmente apoyado al Partido de la Revolución Institucional (PRI), que gobernó México en un Estado de partido único durante más de 70 años hasta 2000, a cambio de que el PRI hiciera vista gorda mientras los principales burócratas del sindicato se enriquecían.
En febrero pasado, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, elegido en julio de 2012, encarceló a la presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo, por cargos de corrupción. Aunque sin duda culpable, la caída en desgracia de Gordillo fue resultado de haberse negado a cumplir con el plan para implementar una "reforma" educacional en México. La "reforma" modificó la Constitución para imponer pruebas estandarizadas obligatorias y abrir el camino para un mayor ataque sobre la planta docente en las escuelas públicas.
Acobardados, el liderazgo del SNTE y el supuesto izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), partido de oposición en la Asamblea Nacional, se han alineado con Peña Nieto en sus ataques en contra de la educación pública.
Los maestros afiliados a la CNTE son una minoría en algunas regiones, pero tienen control de regiones estatales, como Oaxaca. La CNTE rechaza someterse a las nuevas normas sin una pelea.
Dada la oposición del liderazgo oficial del SNTE, es difícil determinar la eficacia de la huelga a nivel nacional, pero la CNTE ha movilizado a cientos de miles de maestros, estudiantes y simpatizantes en las marchas de la Ciudad de México. La huelga se ha extendido de Veracruz en la costa este a Guadalajara en el oeste.
El 14 de septiembre, la CNTE organizó el Segundo Encuentro Magisterial y Popular, que reunió a más de 100 sindicatos, grupos comunitarios, estudiantiles y organizaciones políticas para fomentar el apoyo a la huelga y organizar la unidad con la campaña para detener la privatización de PEMEX, la empresa petrolera estatal. En lugar de intentar retomar inmediatamente el zócalo, la CNTE pidió al Encuentro organizar una huelga nacional de dos días esta semana.
AUNQUE LOS maestros se mantienen fuertes, el agotamiento puede estar comenzando a mostrarse. El miércoles 18 de septiembre, La Jornada, el principal periódico de la izquierda mexicana, informó que el secretario general de la CNTE, Rubén Núñez Ginés, líder de la Sección 22 del sindicato nacional, en Oaxaca, fue abucheado en una manifestación en Tlatelolco, el lugar de la masacre estudiantil de 1968, con gritos de: "¡Urgente, urgente, cambiar al dirigente!".
Después de que Núñez dejó la tarima, varias cientos de maestros y estudiantes universitarios intentaron marchar hacia el zócalo, pero fueron detenidos por columnas de la policía.
El día después del paro nacional, 21 de septiembre, y con la presencia de 23 secciones magisteriales y 22 organizaciones sociales y estudiantiles, arrancó el tercer Encuentro Nacional Magisterial y Popular, en el que discutió el llamado a un tercer paro cívico nacional para el próximo miércoles, 2 de octubre.
El alcance de este paro y movilización será un importante indicador de la fuerza de los maestros al entrar en el segundo mes de huelga. Debido a que la Asamblea Nacional ya aprobó las reformas, los maestros están luchando una batalla cuesta arriba para revertirlas. La estrategia del gobierno es claramente desgastar los maestros esperando que el apremio de sus necesidades básicas los hagan retornar al trabajo en los estados más pobres del sur, mientras que difama a los maestros del Distrito Federal como los responsables de las repetidas interrupciones.
En los últimos 20 años, esta estrategia ha tenido éxito; decenas de sindicatos han sido destruidos, con los puestos de trabajo de sus miembros eliminados en masivas privatizaciones. Recientemente, unos 40 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) perdieron su lucha por salvar la compañía eléctrica pública en la Ciudad de México. El SME sigue luchando, pero el gobierno se siente seguro de que ahora puede hacer que los maestros se ajusten al programa.
La semana que viene va a resultar crucial para determinar si los maestros pueden desbaratar los planes de Peña Nieto.
Traducido por Orlando Sepúlveda