En huelga de hambre por la vida

August 7, 2013

"No es justo que por un papel nos dejen morir". Reporta Orlando Sepúlveda.

DESDE EL 29 de julio, en la Iglesia Anglicana Nuestra Señora de Guadalupe, en Little Village--un barrio predominantemente latino de Chicago--catorce personas se hallan en huelga de hambre para protestar contra las prácticas inhumanas y discriminatorias de la industria de la salud en Chicago.

Los hospitales se niegan a poner a los pacientes en lista de trasplantes de órganos porque ellos no cuentan con un seguro médico ni documentos de inmigración.

Entre los hospitales que los huelguistas están presionando a responder sus demandas están el Centro Médico de la Universidad de Illinois en Chicago, y los hospitales Christ, Rush and Northwestern Memorial.

Carmen García en huelga por su hijo, quién necesita un trasplante de riñón, denuncia que incluso "cuando mi hijo se pone muy mal los hospitales no lo quieren recibir y lo mandan de vuelta para la casa. Mi hijo no tiene seguro médico, no tiene trabajadora social, ni médico. La diálisis es lo único que tiene".

Los huelguistas y sus familias buscan que los pacientes indocumentados también sean admitidos para tratamiento médicos de los cuales sus vidas dependen. Oliva Baca, madre de una de las pacientes huelguistas pregunta: "¿cómo pueden ellos poner una papel por encima de la vida de mi hija? Por un papel van a dejar morir a mucha gente, porque no sólo es mi hija, hay mucha gente enferma que no tiene documentos". Y su hija, Blanca, agrega: "no es justo que nos dejen morir por un papel".

Some of the hunger strikers at the Our Lady of Guadalupe Anglican Catholic Church

Blanca Gómez, de 23 años de edad, también necesita un trasplante de riñón: "No nos quieren atender por falta de documentos de inmigración. Yo quiero vivir por mi hija; ella tiene de dos años de edad. Quiero una segunda oportunidad de vida".

Blanca aplicó para el programa de la acción diferida, iniciado por la administración Obama que otorga un grado de regularización al estatus migratorio a los jóvenes traídos a EE.UU. por sus padres cuan eran pequeños, luego de que los dream-activistas No ejercieran presión al gobierno para actuar.

Pero Blanca no ve mucho futuro para su situación, incluso si el Congreso aprobara una reforma migratoria. "No sé si pasarán una reforma migratoria", ella dice, "o si vaya a incluir el asunto de la salud, porque en el proceso de la acción diferida no lo incluyeron", y agrega "si hay una legalización que no sea sólo permiso para trabajar, sino que sea con todos los derechos como los ciudadanos. Mi seguro social está marcado y dice que es sólo para trabajar".

De hecho, en la propuesta senatorial de reforma migratoria, conocida como S.744, fue aprobado negar servicios sociales básicos a los inmigrantes buscando regularizar su estatus migratorio. Ésta una de las concesiones que los demócratas hicieron a los republicanos y los racistas de la extrema derecha, un modelo repetido durante la reforma de salud de Obama, cuya forma final no permite a los no ciudadanos obtener subvenciones para adquirir seguros de salud.


CON O sin reforma migratoria, la condición de estas familias será igualmente dura. María Garnica, participando en la huelga de hambre por su esposo, que sufre de una insuficiencia renal, vive en Grand Rapid, Michigan, con seis hijos, mientras su esposo trabaja, y recibe su diálisis, en Chicago. "No es justo que mis hijos se queden sin su padre por falta de atención médica", nos dice María, "dicen que Estados Unidos lucha por los derechos humanos, entonces ¿qué pasa los derechos de todos los enfermos y los que necesitan ayuda médica?".

Otra crisis se avecina en la familia de Blanca. Rosa Gómez, su tía, describe como otra de sus sobrinas, "Alexis Gómez, de 21 años de edad, le trasplantaron un riñón hace cuatro años, pero ahora lo rechazó, y no estamos seguros de que hacer porque cuando mi sobrina recibió su trasplante, ella era menor de edad y estaba cubierta por la tarjeta médica infantil del Estado de Illinois, pero ahora que es mayor de edad no sabemos qué va a suceder. Y En mi familia hay donadores, para Alexis y para Blanca".

Las familias han tratado todos los medios y golpeado muchas puertas. María Gálvez, en huelga de hambre por su hijo Gustavo Gálvez nos habló de cómo han "estado haciendo recaudaciones de fondo, bailes y comidas para juntar el dinero que nuestro hijo necesita, pero no es suficiente. Nos pidieron un cuarto de millón de dólares, al frente, para hacerle un trasplante".

El Padre José Landaverde, pastor de la iglesia en que los huelguistas están basados, describe cómo:

En los últimos tres años hemos recibido mucha gente en nuestra iglesia que necesita ayuda con problemas de salud. El año pasado tuvimos una huelga de 21 días, después de la cual llegamos un acuerdo con algunos hospitales para que nos atendieran a la gente incluso si no tenían documentos migratorios, pero ahora están rompiendo ese acuerdo.

Un hospital incluso se atrevió a ofrecernos ayuda para que una paciente se auto-deportara a México. Esto es pecado. No pueden poner el dinero por sobre la vida de las personas. Lo que necesitamos es una cambio fundamental en lo que es el cuidado de salud en Estados Unidos, porque esta gente que necesita trasplantes no califica para el Obamacare".

Durante la semana los huelguistas han estado tratando de aumentar la presión sobre los hospitales. El miércoles, 31 de julio, marchando desde Little Village y gritando "La salud es un derecho humano, no sólo para los ricos y blancos", ellos y sus simpatizantes llegaron al Centro Médico de la Universidad de Illinois en Chicago para demandar que la institución explique a la comunidad por qué se niega a tratar a los pacientes indocumentados.

El viernes, 02 de agosto, la acción se desarrolló en el Hospital Northwestern Memorial, con el mismo el propósito de una reunión. Y durante el fin de semana, los huelguistas planean una reunión abierta a todo activista para desarrollar una acción similar en el Christ Medical Center, para el comienzo de la próxima.

Las demandas específicas de los huelguistas son: uno, que los pacientes indocumentados gravemente enfermos que necesitan urgentemente trasplantes de órganos sean colocados en la lista de espera de trasplante de órganos; dos, que sean puestas en marcha políticas deberían para evaluar cada caso de potencial trasplante basado en la necesidad y no en la condición jurídica o financiera; y tres, la aplicación de políticas que aseguren medicamentos asequibles para todos los pacientes antes y después del trasplante.

Aquellos que quieran apoyar a los huelguistas pueden, de acuerdo a su página en Facebook, visitarlos para ofrecerles personalmente su apoyo y ofrecerles agua, colchonetas y materiales como cartulina y marcadores. Si no, también pueden llamar a los legisladores y/o administradores de hospitales pidiéndoles satisfacer la demanda de los huelguistas.

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