Standing Rock resiste y crece

November 22, 2016

Varios colaboradores de Obrero Socialista informan sobre las protestas contra el Oleoducto de Acceso de Dakota, después de que un día nacional de acción solidaria.

LA RESISTENCIA indígena al Oleoducto de Acceso de Dakota, (DAPL, por sus siglas en inglés) en Standing Rock, Dakota del Norte ha encontrado apoyo en todo el país, así como los activistas, los Defensores del Agua, al frente de la lucha han valientemente enfrentado la represión policial desde abril.

El 15 de noviembre, un día nacional de acción solidaria con los Defensores del Agua de Standing Rock resultó en protestas de miles de personas en San Francisco, Chicago, New York y de cientos en más de 200 otras ciudades.

Una coalición de grupos de justicia climática, incluyendo la Indigenous Environmental Network (Red Indígena Ambiental), Honor the Earth (Honra la Tierra) y 350.org, se unieron al llamado de acción para exigir al Cuerpo de Ingenieros del Ejército y a la administración Obama rechazar el permiso final. Ellos habían denunciado al Cuerpo de Ingenieros por expeditar la construcción de DAPL sin investigar rigorosamente el daño que haría.

Caravanas de simpatizantes, incluyendo pueblos indígenas del mundo entero, así como estudiantes, clérigos y sindicalistas, han hecho la jornada a Dakota del Norte para sumar sus voces solidarias, y reportar sobre los meses de activismo local en sus sitios de origen.

Marching in San Francisco to show solidarity with the Standing Rock struggle

Sintiendo la presión de meses de protesta de los Defensores y sus partidarios, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército anunció, el día anterior, que pospuso la decisión que permitiría a Energy Transfer Partners (ETP, por sus siglas en inglés) construir el túnel bajo el Río Missouri, y que se reunirá con miembros de la Tribu Sioux de Standing Rock, quienes argumentan que la construcción del oleoducto contaminaría su reserva de agua y destruiría sitios sagrados.

Si erigido, el proyecto de 4 mil millones de dólares transportaría medio millón de crudo por día del oeste de Dakota de Norte, atravesando miles de kilómetros a través de Dakota, Iowa e Illinois.

La determinación de protestar contra las políticas de extracción de combustibles fósiles que contaminan las tierras indígenas es aún más urgente dada la elección de Donald Trump, quien decididamente no es amigo del medio ambiente o de los pueblos indígenas.

La industria de combustibles fósiles tiene además el dinero, las agencias policiales y muchos amigos en las alturas del poder de su lado. Pero los Defensores del Agua en Standing Rock tienen la solidaridad de quienes velamos por los derechos indígenas y la destrucción ambiental.


EN SAN Francisco, más de 2.000 manifestantes asistieron a una Ceremonia de Amanecer en el Ayuntamiento de la ciudad antes de marchar hacia el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, bloqueando su entrada principal por horas.

La acción fue organizada por Idle No More (Inactivo No Más) de la Bahía de San Francisco, en coalición con Diablo Rising Tide y 350.org, y atrajo gente de toda el área a las seis y media de la mañana.

Las pancartas levantadas durante la marcha mostraron el alcance de la solidaridad con los Defensores del Agua. Hubo contingentes del "Líderes Religiosos con Standing Rock", trabajadores de la salud en sus uniformes llevaron letreros leyendo "El derecho al agua es materia de salud pública. #DoNoHarm", y volantearon para una recaudación de fondos para ayudar a una delegación de trabajadores de la salud a llegar a Standing Rock.

Líderes indígenas describieron el nivel de solidaridad y unidad en Standing Rock como "somos todos una familia". Los oradores conectaron las aflicciones de diferentes tribus, con DAPL envenenando el agua y la tierra Sioux (Lakota), lo mismo que el uranio y el carbón para la nación Navajo y el cobre para la nación Apache.

Y un manifestante, llamado Chapene, conectó la protesta a las luchas por delante durante una administración Trump:

Estoy aquí porque me opongo al oleoducto y todos los oleoductos, pero también en estos tiempos, silencio es muerte, especialmente si no te alzas en resistencia ahora. Mucho está sucediendo. No es sólo acerca del agua. Es acerca del derecho de los pueblos y sobre la opresión. Estoy aquí para dejar mi grano de arena.

Otras demonstraciones ocurrieron ese día a través del área de la bahía ese día: estudiantes protestaron en la Universidad Estatal de San José, una acción tomo lugar frente al banco Wells Fargo en Mountain View, y la Junta de Supervisores del Condado de Santa Clara aprobó una resolución apoyando una moratoria a la construcción de DAPL.


ALREDEDOR DE dos mil personas se reunieron también en la Plaza Foley en Manhattan, próximo al Ayuntamiento de la Ciudad de Nueva York, para demandar el inmediato cierre de DAPL. El evento fue organizado por una coalición de grupos, incluyendo el afiliado local de 350.org y el colectivo NYC Se Alza por Standing Rock, con la ayuda de docenas más.

Individuos, grupos estudiantiles, organizaciones comunitarias y políticas acudieron al llamado. Un estudiante universitario señaló que así como el clima está siendo destruido, los nativo-americanos están a la vanguardia de la resistencia. "Tenemos que apoyarlos con todo lo que tengamos", explicó.

Entre los oradores estuvieron Tara Houska, directora de la campaña nacional Honra a la Tierra; Roberto Mukaro Borrero de la Confederación Unida del Pueblo Taino; y Crystal Migwans de NYC Se Alza con Standing Rock.

La multitud también escuchó de la maestra de escuela pública y sindicalista Alexandra Simmons, en representación de Trabajadores por Standing Rock, quien arengó a los trabajadores a luchar contra el oleoducto. "No podemos separar los derechos laborales de los derechos indígenas", dijo. "Necesitamos trabajos que protejan la tierra, porque no habrá trabajos en un planeta muerto".

Luego en la tarde, 40 activistas dejaron la plaza para ejecutar una sentada, bloqueando el tráfico de la calle Lafayette. Una falange de policías descendió sobre ellos, ensordeciendo a los manifestantes con grabadas advertencias sobre sus poderosos parlantes. La computarizada voz de la policía acusó a los manifestantes de desorden público, previo a que los oficiales los arrestaran

Gritando "¿A quién protegen? ¿A quién sirven?", el resto de los manifestantes marchó al cuartel de la policía para mostrar su apoyo a los manifestantes arrestados.


HUBO ADEMÁS protestas con significantes números de gente en Washington, DC; Portland, Oregón, y Chicago, Illinois, con alrededor de dos mil, dos mil y un mil participantes, respectivamente.

En la capital, los manifestantes marcharon al cuartel general del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, donde una representante del campamento en Standing Rock se dirigió a la multitud, lo mismo que el ex precandidato demócrata Bernie Sanders, quien pidió al presidente Obama "detén este oleoducto en cualquier forma que pueda. Y declara Standing Rock un Monumento nacional".

En Portland, los manifestantes también protestaron el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, con gente llegando de lugares hasta tres horas fuera de la ciudad. El evento fue organizado Solidaridad Afro-indígena PDX y presentó reportes del campamento en Standing Rock por activistas recién regresados.

Un orador advirtió que el frío está llegando a Standing Rock y helicópteros vuelan sobre el campamento de los Defensores del Agua 24 horas al día. Pero dijo estar inspirados por demonstraciones de solidaridad por doquier en el país. Ella culminó su discurso gritando: "¡Larga vida a la solidaridad internacional!"

En Chicago, los manifestantes se congregaron en la Plaza Daley, desde donde también marcharon al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, gritando: "el petróleo no se puede beber, ¡déjenlo en la tierra!"

Para muchos esta fue su primera protesta, quienes tuvieron la oportunidad de entablar contacto con veteranos del movimiento por la justicia ambiental. "Es increíble ver tanta gente salir a la calle por asuntos indígenas, y en un día laboral, dijo una mujer nativo-americana descendiente de Jemez Pueblo, sorprendida de ver el derrame de solidaridad.

Traducido y editado por Orlando Sepúlveda

Further Reading

From the archives