Un asesino racista es absuelto

July 15, 2013

Cada uno que se horrorizó hace un año ante el asesinato de Trayvon Martin y ahora ante la absolución de su asesino debe alzar su voz contra de tal cruel injusticia.

GEORGE ZIMMERMAN, el autoproclamado líder de vigilancia barrial de un vecindario cercado en Sanford, Florida, quién acechó, confrontó y luego mató a Trayvon Martin en febrero del año pasado, es ahora un hombre libre.

Zimmerman fue absuelto de todos los cargos en la muerte de Martin --tanto de la acusación inicial por asesinato en segundo grado, como del cargo "compromiso" de homicidio negligente.

El veredicto fue pronunciado por los seis miembros del jurado --ningún afroamericano entre ellas, ni entre los cuatro jurados suplentes, a pesar de que la población de Sanford es casi 30 por ciento negra. El sistema entero --racista hasta la médula-- falló en traer un mínimo de justicia para Trayvon Martin y su familia: la policía, los fiscales, los funcionarios estatales o electos, jueces, medios de comunicación, etc.


PARA MILLONES de personas en EE.UU., la dolorosa impresión dejada en su memoria por el asesinato de Trayvon, más de un año atrás, aún está fresca.

Martin no hacía más que caminar por un barrio desconocido después de ir a la tienda. Pero lo mismo que con otros jóvenes afroamericanos de todo el país, fue culpable de caminar y ser negro, por lo que nada pudo protegerlo de ser identificado como una amenaza, de antemano tildado de criminal, ser detenido, interrogado, registrado, arrestado... o peor.

A woman responds to the verdict in the Zimmerman trial
A woman responds to the verdict in the Zimmerman trial

Pasaron semanas antes de que la historia de la muerte de Martin emergiera, y sólo después de que la gente comenzara a correr la voz sobre el caso por la Internet y a organizar protestas, en Florida y en todo el país. Las palabras "Yo soy Trayvon Martin" comenzaron a ser repetidas en una ciudad tras otra.

Como SocialistWorker.org escribió en su momento, el asesinato:

prueba que el racismo está vivo y coleando en 2012, con el primer presidente afroamericano sentado en la Casa Blanca. El pasmo e indignación generalizados por lo ocurrido a Trayvon, junto al comienzo de la protesta en torno al caso, nos dice también algo más: que un gran número de personas están enfurecidos por la injusticia racista en esta y otras formas.

El hecho básico de que Martin fue señalado por su raza y acechado antes de su muerte no pudo haber sido más claro. En la grabación de las llamadas al 911, dadas a conocer al público por la policía sólo bajo presión, Zimmerman declaró: "Este tipo parece estar tramando algo malo, o está drogado o algo". Zimmerman explícitamente desobedeció las instrucciones del operador de no seguir a Martin.

Para oscurecer estos simples hechos, Trayvon Martin mismo fue enjuiciado, en los medios de comunicación después de su muerte, y por los abogados defensores durante el juicio de Zimmerman.

Por ejemplo, el equipo de la defensa afirmó que Zimmerman, que al momento del asesinato pesaba 100 libras más que Martin, había sido atacado sin provocación y que temía por su vida, no al revés. La jueza Debra Nelson permitió a la defensa presentar los resultados de un informe toxicológico mostrando que Martin tenía pequeñas cantidades de marihuana en su sistema la noche en que murió. Los abogados, y sus aliados en los medios derechistas también trataron de afirmar que Martin tenía un historial de violencia, basándose en un video en el teléfono de Martin de dos hombres peleando, ninguno de los cuales era Trayvon, ni nadie que él conociera.

Ni tampoco el odio racista no se detuvo con el veredicto. En una conferencia de prensa después de la decisión de la corte, el co-defensor de Zimmerman, Mark O'Mara, declaró que su cliente era la verdadera víctima, y que nunca habría sido acusado si fuera afroamericano "porque quienes decidieron convertirlo en un chivo expiatorio no lo hubieran hecho".

En contraste, el fiscal Bernie de la Rionda parecía perfectamente contento con el veredicto, indicando que el sistema de jurados "no es perfecto, pero es el mejor del mundo. Y respetamos el veredicto." Los fiscales han sido criticados por cometer una serie de errores y dar pasos en falso durante el juicio.


ESTA NO es, por supuesto, la primera vez que un joven negro es asesinado y su asesino, o asesinos, queda en libertad, o e incluso es celebrado como héroe. Estados Unidos tiene un terrible legado de linchamiento por el que responder, donde torturadores y asesinos eran pilares de la comunidad, nunca fueron arrestados, ni mucho enjuiciados.

Esto no es historia antigua. En diciembre de 1984, Bernard Goetz balaceó cuatro jóvenes afroamericanos en un metro de la ciudad de Nueva York por el crimen de pedirle $5. Herido, una de sus víctimas trató de escapar, pero Goetz lo siguió. "No te ves tan mal, aquí hay otra", dijo mientras disparó al joven en la cara. Su víctima terminó con un coma y daño cerebral permanente.

Goetz llevaba un arma en el metro porque estaba decidido a "defenderse" a sí mismo en una ciudad que dijo estaba "sin ley". Al igual que George Zimmerman, él se convirtió en un héroe para los medios de comunicación de la derecha. Fue llevado a juicio y declarado culpable, pero no de asesinato, sino por posesión ilegal de un arma de fuego, por lo que sirvió ocho meses.

Como Goetz, Zimmerman tuvo poderosas fuerzas de su lado, incluso los mismos medios conservadores que loaron a Goetz como "el vigilante del metro". La policía se creyó la historia de autodefensa de Zimmerman desde el principio y lo dejó ir. El cuerpo de Martin, por su parte, fue llevado a la morgue, pero ningún intento de identificarlo fue hecho. Su padre todavía llamaba desesperadamente al 911, 24 horas más tarde, para decir que su hijo estaba desaparecido.

Imagine por un segundo, con los roles invertidos, las probabilidades de Trayvon Martin de regresar a casa la misma noche en que hubiera matado a un vigilante barrial voluntario.

Tomó continuas movilizaciones y protestas, cada vez más airadas, en Sanford y en todo el país, para forzar el nombramiento de un fiscal especial para investigar y, finalmente, presentar cargos contra Zimmerman. Sin esas protestas, nunca habría habido un jucio.

Pero eso es poco consuelo ahora que George Zimmerman ha sido absuelto.

Mientras este artículo estaba siendo escrito, ya estaban en marcha protestas en ciudades de todo el país. Habrá más en los próximos días, y cualquier persona horrorizada por el asesinato de Trayvon y por la absolución de su asesino hará bien en participar y alzar su voz.

En los días por venir, el asesino de Trayvon Martin debe rendir cuentas. Y en las semanas y meses que siguen, tenemos que canalizar la ira generada por este ejemplo de injusticia para enfrentar el sistema que la permite. Necesitamos construir un gran reto a un mundo donde la vida de un joven negro se halla en peligro si él camina por donde alguien piensa que no debe, y uno donde la clase política y judicial protege a los racistas, en lugar de sus víctimas.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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