¿Qué influenció a la Corte?

November 3, 2014

Hace una década, la derecha estaba ganando su guerra contra el matrimonio gay. Hoy, nuestro lado es el que tiene los vientos de la historia en popa.

CINCO ESTADOS más se han unido al mundo de la igualdad, y ahora podrán realizar matrimonios gay, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos decidió no revisar la decisión de tres tribunales federales de apelación que defendían la igualdad de matrimonio.

Las licencias maritales podrían ser emitidas a parejas del mismo sexo en cualquier momento en Utah, Oklahoma, Virginia, Wisconsin e Indiana, y de acuerdo a partidarios, la Corte Suprema ha despejado el camino para la igualdad de matrimonio en seis otros estados bajo la jurisdicción de los tribunales de apelación: Colorado, Wyoming, Kansas, West Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Surñ pudiendo así elevar el total de estados con igualdad matrimonial a 30.

En otras palabras, el matrimonio entre personas del mismo sexo--algo que no existía en ningun lugar de EE.UU. hace 10 años--es ahora legal en la mayoría de los estados.

Muchas parejas fueron tomadas por sorpresa por la decisión, pero se apresuraron a solicitar sus licencias maritales tan pronto como oyeron la noticia. Gregory Enke se enteró de la noticia, despertó a su compañero de ocho años, y corrieron al registro civil de Salt Lake City.

Marriage equality supporters rally outside the US supreme court building
Marriage equality supporters rally outside the US supreme court building (David Sachs | SEIU)

"Yo estaba choqueado", Enke, quien fuera forzado a dejar de la iglesia mormona después de separarse de su esposa para vivir abiertamente en una relación homosexual, dijo al New York Times. "Empecé a temblar. Estaba llorando. Yo no quería esperar más".

En Colorado, un estado en el que la prohibición aún no se había levantado, el entusiasmo por la noticia causó que algunas oficinas de gobierno iniciarán a emitir licencias antes de que las autoridades estatales dieran la luz verde.

La decisión de la Corte Suprema de no interponerse en el camino de las resoluciones a favor de la igualdad marital fue un bienvenido golpe contra la derecha, pero ésta está comprometida a redoblar sus esfuerzos para poner fin al júbilo que hoy sienten Gregory Enke y tantos otros.

El resultado en la Corte Suprema también es una sorpresa dada la colección de jueces en ella, incluyendo a eternos conservadores como John Roberts y Antonin Scalia.

Nos fuerza a preguntar: ¿Qué llevó a una Corte Suprema apilada de derechistas, un tribunal que no ha tenido reparos apoyar el lado reaccionario en un gran número de cuestiones, decidir a no escuchar las apelaciones contra el matrimonio gay?

La respuesta yace en el radical cambio en la opinión pública sobre el matrimonio gay. Durante la última década, los partidarios de la igualdad matrimonial han transformado el derecho de las parejas del mismo sexo a tener todos los derechos reconocidos a todo matrimonio en una cuestión de derechos civiles. Y han ganado el día, con un claro impacto en la población estadounidense en general, tanto así, que la Corte Suprema de Justicia, tan aislada como es, no tuvo más que reconocer las señales.


A TRAVÉS de los altibajos en la lucha por la igualdad matrimonial, los partidarios de los derechos LGBT han tenido que enfrentarse a las fuerzas de la derecha religiosa, que ha tratado de hacer retroceder las ganancias de la lucha contra la discriminación. Pero a pesar de una derecha bien financiada y políticamente conectada, el mensaje del movimiento fue escuchado por un número creciente de personas.

El estrecho triunfo de la derecha anti-gay con su Proposición 8 en California en 2008 fue un punto de inflexión. En la noche de la elección hubo protestas en las principales ciudades de California, y luego en ciudades y pueblos más pequeños en todo el estado durante la próxima semana, y luego en todo el país en los próximos meses.

Decenas de miles de personas, muchas de ellas completamente nuevas en el activismo político, se movilizaron para protestar contra esta discriminatoria iniciativa - y muchos cientos de miles más se vieron obligados a decidir qué lado estaban.

Las ideas intolerantes acerca de a quién se le debe "permitir" casarse fueron puestas bajo lupa nacional y debatidas, y un número cada vez mayor de personas descartaron sus viejas ideas. Esta fue la fuente del cambio en la opinión pública y fue mucho más allá de aquellos que participaron en protestas o manifestaciones. Tomó años para deshacerse de la Proposición 8, pero sin embargo, esos primeros meses de protestas prepararon el escenario para el anuncio de la Corte Suprema los primeros días de octubre despejando el camino para una mayor igualdad marital

Una encuesta Gallup publicada en mayo pasado informó de un nuevo récord de 55 por ciento dijeron que apoyaban el matrimonio gay. Cuando Gallup preguntó por primera vez si los matrimonios del mismo sexo deben ser "reconocidos por la ley como válidos, con los mismos derechos que los matrimonios tradicionales" en 1996, el año en que la prohibición federal sobre el matrimonio homosexual, la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), fue aprobada durante la presidencia de Bill Clinton, sólo el 27 por ciento lo apoyaba y el 68 por ciento se oponía.

Los partidarios habían crecido hasta un 42 por ciento antes de 2004, año en que un tribunal de Massachusetts otorgó a homosexuales y lesbianas el derecho al matrimonio pleno y la ciudad de San Francisco anunció que comenzaría a emitir licencias matrimoniales a parejas del mismo sexo, desatando un movimiento para defender esas decisiones.

El apoyo en las encuestas golpeó la marca del 50 por ciento en 2011 y se han mantenido por encima de ese número desde el año 2012. Entre los jóvenes, las cifras son abrumadoras: entre personas de entre 18 y 29 años de edad, el apoyo para el matrimonio gay ha aumentado de un 41 por ciento en 1996 a 78 por ciento en 2014, según Gallup.


ASÍ, INCLUSO la Corte Suprema - un cuerpo que por diseño constitucional es supuesto ser impermeable a las opiniones y creencias de la gente común, para así mantener mejor los intereses de la elite que gobierna--da señales de que entiende que no puede dar luz verde a todas las políticas reaccionarias y esperar a mantener una apariencia de legitimidad.

El año pasado, los jueces declararon una disposición clave de la Ley de Defensa del Matrimonio, que niega a las parejas del mismo sexo legalmente casadas los derechos federales otorgados a otras parejas casadas, inconstitucional.

Si bien no derogaron DOMA por completo, la decisión fue un gran paso para la Corte. El debate que rodeó el caso el año pasado presentó también una oportunidad para que Bill Clinton "evolucionara". Antes, cuando era presidente, el "triangulador" en jefe calculó que había más votos que ganar complaciendo a la derecha, así que traicionó a sus partidarios LGBT y firmó la ley DOMA. El año pasado, seis años y medio después de firmarla, Clinton vio su error: "Ahora sé que, aún peor que proporcionar una excusa a la discriminación, la ley es en sí misma es discriminatoria. Debe ser revocada".

Hillary Clinton, que también respaldó DOMA durante la presidencia de Clinton, también tuvo que comerse sus palabras y revertir su posición sobre el matrimonio gay para ser incluso considerada como la candidata demócrata a la presidencia.

Por supuesto, para gente como los Clinton, estas "transformaciones personales" son acerca de cínicos cálculos políticos. Una lección que tenemos que recordar y enseñar en cada oportunidad: en todas las grandes luchas por la libertad y la igualdad--desde la abolición de la esclavitud al voto femenino, a los derechos civiles para los afroamericanos--los "líderes" políticos siempre aparecen al final. Y cuando finalmente hacen lo correcto, lo hacen en respuesta a la presión de los movimientos organizados por las mismas personas que dicen liderar.

La Corte Suprema de Estados Unidos es una institución fundamentalmente conservador. Se esconde detrás de una máscara de la neutralidad y la sabiduría jurídica con el fin de aparecer como si "estuviera por encima" de los efectos de poder político y económico. Pero esto es sólo una cubierta para ocultar cuán completamente dedicada ella está con preservar el estatus quo.

Pero su secreto es que de hecho se ve afectada por los acontecimientos políticos--y cuando un número suficiente de personas están dispuestas a luchar por la justicia, las sentencias de los jueces "imparciales" se ven afectados.


COMO LOS partidarios de la igualdad matrimonial saben bien, nuestra lucha está lejos de terminar.

Pocos días después de la decisión de la Corte Suprema, los opositores de la igualdad contra atacaron. El gobernador republicano de Wyoming, Matt Mead, anunció que seguirá defendiendo su constitución estatal, que define el matrimonio como "entre un hombre y una mujer". En Kansas, el gobernador republicano Sam Brownback, que está a la reelección, dice que no va a levantar la prohibición.

El 7 de octubre, El juez de la Corte Suprema Anthony Kennedy suspendió temporalmente un fallo de la 9ª Corte del Circuito de Apelaciones que hubiera permitido el matrimonio gay comenzar en Nevada e Idaho al día siguiente.

Mientras haya parejas del mismo sexo, en cualquier estado, que sean negadas los más 1000 derechos que el matrimonio proporciona a otras parejas casadas--como tomar un permiso pagado para cuidar a un cónyuge enfermo o ser elegibles para pensiones, o beneficios de atención de salud del cónyuge, o de poder evitar la deportación de un cónyuge que sea un inmigrante indocumentado--la lucha aún no ha sido ganada.

Y eso es sólo centrándonos en el matrimonio. Pero la lucha por la igualdad LGBT es mucho más que el matrimonio. Nuestro objetivo es acabar con la discriminación y la intolerancia en todos los aspectos de la vida de las personas LGBT.

Un aspecto inspirador del movimiento que estalló en las secuelas de la Proposición 8 fue la forma en que puso la atención necesaria a estas otras luchas. Por ejemplo, la larga batalla para ganar la Ley de No Discriminación en el Empleo (ENDA), prohibiendo a los empleadores a discriminar sobre la base de la orientación sexual o la identidad de género, real o percibida, recibió gran un impulso. ENDA aún no es ley, pero la versión más reciente de la legislación que aprobó el Senado de Estados Unidos por un margen de 2 a 1, finalmente incluyó protecciones para las personas transgénero que habían quedado fuera de las propuestas anteriores.

Esto también es algo común a las luchas por la libertad del pasado: Los movimientos pueden haber comenzado alrededor específico, a veces modestas demandas, pero crearon conciencia sobre cuestiones políticas relacionadas y energizaron la lucha en torno a ellos. Por lo tanto, los éxitos en torno a la igualdad de matrimonio ponen a nuestro movimiento en una mejor posición para luchar por ENDA, el fin de la discriminación en el sistema de justicia penal y otras cuestiones vitales para las personas LGBT.

Hace diez años, los fanáticos de la derecha republicana estaban usando el tema del matrimonio gay como una "cuña" para acarrear fuerzas a su lado. Hoy, es nuestro lado el que cuenta con el impulso de la historia.

Lo que la última década ha demostrado es que las protestas que organizamos y los argumentos que hacemos son importantes--y que tienen efectos más allá de nuestra audiencia inmediata--para la lucha por igualdad matrimonial y la lucha contra todo tipo de discriminación anti-LGBT.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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