La ira hierve en México
Héctor A. Rivera informa desde Ciudad de México sobre el aumento de las protestas contra una letal represión policial anti-estudiantil y la insensible actitud del gobierno.
ENORMES PROTESTAS y huelgas estudiantiles han sacudido a México en respuesta a la desaparición de 43 estudiantes a manos de la policía municipal de Iguala, en el estado de Guerrero, a 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México.
Los estudiantes formaban parte de un grupo de activistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa que regresaba a su escuela luego de haber participado en un día de campaña y protesta contra el gobierno local, el 26 de septiembre pasado, cuando la policía abrió fuego en su contra sin previo aviso. Al menos seis personas fueron asesinadas en el tiroteo. La policía acorraló a los 43 estudiantes y se los llevaron en camiones. Nadie los ha visto desde entonces.
Desde entonces, las masivas movilizaciones para exigir el retorno de los 43 estudiantes han alcanzado una nueva etapa, a comienzos de noviembre, con grandes y furiosas protestas en el DF, en Guerrero y en todo el país.
El sábado, 8 de noviembre, decenas de miles de personas marcharon desde la sede de la PGR al Zócalo, donde la policía se enfrentó a los manifestantes después de que un grupo estrelló barricadas de metal contra las puertas del Palacio Nacional y, brevemente, las incendió.
Al día siguiente, las protestas regresaron al Zócalo para recibir a la "Caravana 43x43"--representantes de 43 organizaciones que viajaron desde la ciudad de Iguala para exigir justicia por los 43 estudiantes. A lo largo del camino, la gente mostró su solidaridad alentándolos y dándoles de comer y beber.
Fuera de la Ciudad de México, protestas y vigilias fueron llevadas a cabo durante el fin de semana en muchas ciudades y pueblos. Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, ha sido la base de algunas de las mayores protestas. Por segunda vez en un mes, los manifestantes prendieron fuego al Congreso del Estado, junto con 14 vehículos, incluyendo una camioneta perteneciente a la Policía Federal. Alrededor de la ciudad, los manifestantes también tomaron los supermercados y redistribuyeron alimentos y otras mercancías a la gente en la calle.
En respuesta a las demostraciones, el titular de la Procuradoría General de la República (PGR) afirmó en una conferencia de prensa que dos personas detenidas habían confesado su participación en la masacre de los estudiantes y la incineración de sus cuerpos.
Mientras tanto, el gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, salió de la ciudad durante el fin de semana en viaje al estado de Tabasco. Unos días antes, la policía anunció que finalmente habían arrestado al alcalde de Iguala, José Luis Abarca, miembro del otrora radical Partido de la Revolución Democrática (PRD). Abarca se dio a la fuga después de que los estudiantes fueron secuestrados, luego de ser acusado de personalmente ordenar a la policía atacar la caravana de autobuses porque temía que iban a interrumpir un discurso dado por su esposa.
CUANDO LA Caravana 43x43 llegó al Zócalo de la Ciudad de México, una de las principales consignas de los manifestantes fue: "Karam, si estás cansado, renuncia."
Esto fue en referencia a la conferencia de prensa de 7 de noviembre del Procurador General Jesús Murillo Karam. Después de afirmar que las confesiones de dos detenidos indicaban que los estudiantes habían sido masacrados, sin proporcionar ninguna prueba concluyente, Murillo Karam brevemente tomó preguntas y luego terminó abruptamente la conferencia de prensa con las palabras: "Ya me cansé".
Dentro de pocas horas, gente de todo del país y el mundo inundó los medios de comunicación social con el hashtag #YaMeCanse. Junto con "Todos Somos Ayotzinapa" y "Fue El Estado", "Ya Me Canse" se ha convertido en un lema del momento, expresando el cansancio del pueblo mexicano con los políticos ineptos, la corrupción y la impunidad de un gobierno asesino. Después una protesta rápida en la sede de la PGR, organizada a través de los medios de comunicación social, las paredes de la PGR aparecieron pintadas con la consigna: "Ya me cansé de tener miedo".
La rueda de prensa del procurador Murillo Karam fue una profunda decepción para las amargadas familias que han estado exigiendo información y acción desde que los 43 normalistas desaparecieron.
El informe de Murillo Karam sobre la investigación incluyó el testimonio de dos personas en custodia, que dijeron que los 43 normalistas fueron secuestrados por la policía municipal y luego entregados a la organización criminal Guerreros Unidos. De acuerdo con el informe de la PGR, los dos detenidos confesaron haber matado a "un gran número de personas".
En un testimonio en video --emitido durante la conferencia de prensa-- los dos hombres dijeron que descargaron un gran número de cuerpos de un camión tolva y de una camioneta en el vertedero del municipio de Cocula.
Quince personas ya estaban muertas al momento de la descarga, supuestamente por asfixia --según el testimonio. Los testigos afirmaron que el resto de ellos fueron asesinados en el mismo lugar, y sus cuerpos fueron enterrados en madera, neumáticos y otros objetos, empapados con diésel y quemados. El fuego habría ardido durante 15 horas. Luego, las cenizas fueron puestas en bolsas de plástico negro y eliminadas en el río San Juan.
Murillo Karam insistió en repetir que estos eran resultados preliminares. Él dijo que los restos encontrados en una bolsa de plástico negro en el río San Juan habían sido entregados a la Universidad de Innsbruck en Austria para ser analizados. Pero concluyó que se necesitará tiempo para que los restos sean identificados, y por lo tanto la PGR todavía considera a los estudiantes como "desaparecidos".
Por su parte, los padres de los 43 estudiantes celebraron su propia conferencia de prensa en el campus de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Ellos rechazaron la alegación de la PGR de que los 43 estudiantes estaban ciertamente muertos ya que el gobierno no ha presentado pruebas concluyentes.
También rechazaron el testimonio de los dos testigos en custodia y dijeron que sólo creerían forenses expertos de Argentina, que han estado investigando el caso en su nombre. Según el diario La Jornada, el equipo forense ha realizado numerosas pruebas sobre material de la zona en que la PGR dice los cuerpos de los estudiantes fueron quemados, y no han encontrado pruebas de ADN para conectar los restos a los 43 manifestantes desaparecidos.
Los padres exigieron que el gobierno elabore un nuevo plan para buscar respuestas --y detener la búsqueda de fosas anónimas, ya que numerosas "descubrimientos" de las semanas recientes han encontrado los restos de otras víctimas de la violencia, pero no a los normalistas.
AL MISMO tiempo que la conferencia de prensa de Murillo Karam comenzó, una delegación de representantes de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se reunía con otros estudiantes en un auditorio repleto, en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los reportes de los representantes de diferentes universidades de toda la ciudad de México fueron interrumpidos para escuchar la conferencia de prensa. Durante unos 30 minutos, todo el público se puso de pie en silencio escuchando los escalofriantes detalles presentados por Murillo Karam.
Después de que la conferencia de prensa terminó, los delegados estudiantiles de Ayotzinapa señalaron que la PGR podría haber dado a conocer esta información hace una semana, porque no era nuevo. Dijeron a la asamblea que querían pruebas definitivas acerca de los estudiantes desaparecidos, en vez del testimonio que podría haber sido el resultado de confesiones forzadas o de perjurio.
Ellos agradecieron a los estudiantes por su apoyo hasta ahora, y también los animaron a considerar los próximos pasos más allá de la justicia para los normalistas. Como dijo uno de ellos:
Tan frío como esto pueda parecer, debemos preguntarnos: Y si están muertos, ¿qué vamos a hacer? Ahora la PGR anuncia que esto podría ser la verdad.
Así, en este mes y medio, hemos tratado de articular un movimiento a nivel nacional que no sólo ve esto como Ayotzinapa. Este no es sólo el problema de 43 personas desaparecidas y tres ejecuciones extrajudiciales. Esto no es un problema que es exclusivamente sobre el crimen organizado. Estamos tratando de construir un movimiento que trata con el problema de un país que ha sufrido estas injusticias por mucho tiempo.
La Asamblea General de los alumnos de la Facultad de Economía convocó una reunión de emergencia para discutir los paso a seguir. Un profesor, hablando en nombre de la Facultad de Economía, dijo a los estudiantes que ellos no creen en el gobierno. "El gobierno ha mentido e inventado pruebas y testimonios coaccionados tantas veces antes", dijo el profesor. "¿Por qué deberíamos creerles ahora? Estamos hartos. ¡Que se vayan todos!"
Al salir de la asamblea, los estudiantes de economía estaban decididos a seguir luchando a largo plazo, porque nada cambiaría si el gobierno no cambiara. Los estudiantes están discutiendo cómo continuar la construcción de un movimiento por una huelga a finales de este mes --ya ha habido varias huelgas desde que los estudiantes desaparecieron-- y cómo poder seguir organizando durante el receso de invierno.
EL CASO de los 43 estudiantes desaparecidos ha producido una crisis en la política y sociedad mexicanas. Un mes y medio después del ataque de la policía, el grito "!Vivos se los llevaron, vivos los queremos!" sigue sonando en todo el país y alrededor del mundo. Las protestas han crecido de manera exponencial, y hay un ambiente político diferente en las calles.
Las masivas protestas de comienzo de noviembre siguieron a manifestaciones aún más grandes en octubre, incluyendo una megamarcha el 22 de octubre, que atrajo a más de 150.000 personas al Zócalo de México. Más escuelas y universidades también se han unido a la ola de protestas, con asambleas generales convocadas para discutir qué medidas tomar. El 5 de noviembre, los estudiantes iniciaron una huelga de 72 horas --la tercera acción en un período de un mes-- que concentró más de 130.000 personas en las calles de la Ciudad de México. Aunque más pequeñas, huelgas también han tenido lugar en las universidades privadas.
Las demandas de las protestas también han comenzado a cambiar su enfoque. Ahora está surgiendo la demanda por la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Los gobiernos estatales y locales en Guerrero han sido controlados por el PRD. Su aparente complicidad ha expuesto cómo ese partido, una vez conocido como una oposición valiente a las décadas de gobierno del PRI, se ha arraigado en la clase política nacional y ha sido penetrado por el crimen organizado.
Sin embargo, la ira también se centra en el gobierno federal, ahora controlado por el PRI, por su manejo inepto del caso. El gobierno central está perdiendo más credibilidad en amplias capas de la sociedad, y ha llevado a muchos comentaristas políticos a preguntarse si este es el principio del fin para Peña Nieto y el gobierno del PRI.
Al respecto, es importante recordar que el gobierno de México, ya sea controlado por el PRI o no, ha sido capaz de sobrevivir otras crisis antes de esta --como el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el sur de México durante la década de los 1990, o la revuelta contra las fraudulentas elecciones federales que robaron la presidencia al candidato progresista Andrés Manuel López Obrador, del PRD, en 2006.
Sin embargo, el caso de Ayotzinapa llega en un momento en que otras luchas están surgiendo o resurgiendo. Los grupos de autodefensa de Michoacán en el suroeste de México han tomado las armas una vez más. En el estado norteño de Sonora, hay tres grandes luchas en curso--la más prominente, la lucha de los indios yaquis por el agua. Mientras tanto, en la Ciudad de México, los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional siguen en huelga contra la agenda educativa neoliberal del PRI.
La consigna "¡Que se vayan todos!"--hecha popular en Argentina en la década de 2000 y en España en los últimos años-- ha sido ampliamente adoptada en México. Las protestas sobre Ayotzinapa aún no se han extendido desde su base de estudiantes a la clase obrera de manera masiva. Peña Nieto puede que no esté cerca a renunciar en los próximos meses, pero su gobierno se enfrenta a una profunda crisis --y a la creciente ira del pueblo mexicano.
Traducido por Lance Selfa