La Rebelión de Baltimore

May 4, 2015

Aquellos que denuncian a los manifestantes en Baltimore y piden "no-violencia" ignoran la violencia, mucho mayor, que el sistema inflige en las comunidades negras.

Y OCURRIÓ en Baltimore.

Cuando la rebelión de los residentes negros de Ferguson, Missouri, contra la violencia racista de la policía concluyó, la interrogante no fue si su resistencia sería replicada, sino cuándo y dónde.

Ferguson expuso la gravedad de la epidémica, racista e impune violencia policial que afecta a comunidades pobres de todo el país. En respuesta, los funcionarios de gobierno encargados de mantener la seguridad de la población, en particular aquellos supuestos a "servir y proteger", se han llenado la boca con palabras vacías, y hecho nada. Eso, en el mejor de los casos

En el peor, la respuesta de la élite política y los medios de comunicación ha sido demonizar y culpabilizar a las mismas personas que sufren la peor parte de ese abuso y violencia.

El Congreso mencionó algo la rampante militarización de los departamentos de policía--con su tecnología militar de última línea, cortesía del masivo arsenal del Pentágono--pero no ha tomado ningún paso para retirar los tanques de sus manos. El Departamento de Justicia de Barack Obama emitió un informe que en términos enérgicos criticó al Departamento de Policía de Ferguson por sus prácticas discriminatorias, pero no ha presentado cargos contra el policía que asesinó a Mike Brown.

Protesters in the streets of Baltimore to demand justice for Freddie Gray

De hecho, la única acción por parte de algún agente del Estado ha sido la de la policía--y bien sabemos su triste consecuencia. En lo que va del año, hasta el 28 de abril, los agentes del orden han dado muerte a 381 personas, eso es, el macabro índice de más de un asesinato cada ocho horas.

Uno de estos asesinatos estaba destinado a encender la próxima ronda de explosión social--que, por supuesto, ha sido presentada en los medios como "disturbios" sin sentido.

Antes de eso, en Madison, Wisconsin, antirracistas rápidamente respondieron al asesinato de un joven desarmado, Tony Robinson, 19, en marzo. Las protestas fueron a menudo dirigidas por estudiantes secundarios después un paro de clases. La presión aumentó un mes más tarde, cuando el país entero vio un oficial de Carolina del Sur descargar ocho balas en la espalda de Walter Scott, quien huida.

Y luego vino Baltimore, donde la policía persiguió y tacleó a Freddie Gray porque había hecho contacto visual con un agente y se echó a correr. En palabras de un testigo, Gray fue "doblado como un origami" y, para cuando salió del carro policial, su espina dorsal había sido casi cortada en muchos pedazos.


MILES DE personas en Baltimore, en su mayoría afroamericanos, se tomaron las calles durante la semana después de que Gray murió. Pero fueron las provocaciones de la policía de Baltimore las que empujaron a los manifestantes a enfrentamientos físicos, que supuestamente causaron heridas a 15 agentes de la policía. (En cuanto a cuántas personas los policías hirieron, no podemos decir, porque de eso no hay reportes).

Los primeros enfrentamientos comenzaron en el Mall Mondawmin, el punto de encuentro señalado en los medios sociales por estudiantes secundarios para protestar. La policía se presentó en parapetos anti-disturbios, cerraron la estación de tránsito local para que los estudiantes no pudieran irse a casa, y luego confrontaron a los estudiantes con gases y batones eléctricos. ¿A quién sorprende que piedras fueran lanzadas?

Ahora los medios nacionales hablan frenéticamente sobre la "violencia" en Baltimore. Pero por los últimos cinco años guardaron silencio mientras la policía de Baltimore mataba 109 personas, según cifras de la ACLU.

Durante los últimos cuatro años, el Departamento de Policía de Baltimore ha pagado $5.7 millones en compensaciones legales por brutalidad y abuso a los derechos civiles. Entre las víctimas, un niño de 15 años de edad manejando una motocicleta, una contadora embarazada de 26 años de edad que había sido testigo de un asalto, una mujer de 50 que vendía boletos de rifa para su iglesia, un diácono de 65 años de edad haciendo un cigarrillo y una abuela de 87años de edad que ayudaba a su nieto herido.

En este contexto, las alharacas representaciones mediáticas sobre el "estallido de violencia" en Baltimore sólo puede ser descritas como obscenas. Como escribió el corresponsal del Atlantic, Ta-Nehisi Coates:

Cuando la no violencia es predicada como un intento de evadir las repercusiones de la brutalidad política, se traiciona a sí misma. Cuando la no violencia comienza a mitad de la guerra, con el agresor pidiendo una pausa, se expone a sí misma como una artimaña. Cuando la no violencia es predicada por los representantes del Estado, mientras el Estado somete a sus ciudadanos a su violencia, se revela como una estafa.

Y, sin embargo, Barack Obama, el primer presidente afroamericano de un país que fue fundado en la esclavitud, se presentó como el estafador en jefe cuando denunció a los manifestantes como "criminales y matones". "No están haciendo una declaración. Están robando", reprendió el presidente. "Un edificio en llamas será visto una y otra y otra vez en la televisión, y los miles de manifestantes que lo hicieron de la manera correcta serán perdido en la discusión".

Que Obama se haya unido al coro santurrón que condena a los que salieron a las calles de Baltimore es otra bofetada a una comunidad enfrentada diariamente a la violencia. Las palabras del presidente ignoran la cólera de los miles de personas que se manifiestan en la supuesta "manera correcta", pero que continúan viendo como la policía impunemente desencadena su violencia sobre sus comunidades.


LA ERUPCIÓN en Baltimore no es una repetición de la resistencia en Ferguson. Representa una expansión de la lucha, y su evolución hacia un nuevo terreno.

Baltimore es similar a Ferguson en que ambos tienen una población mayoritaria negra que sufre el abuso y la violencia a manos de la policía, mientras la desigualdad aumenta. El área metropolitana de Baltimore tiene la 19ª mayor producción económica en EE.UU., pero un estudio de la Universidad Johns Hopkins encontró que los jóvenes de los barrios pobres encaran condiciones similares a sus contrapartes en Nigeria e India. Como Dan Diamond escribió para Forbes:

Los bebés negros en Baltimore son casi nueve veces más proclives a morir antes de su primer año de edad que los niños blancos. Casos de SIDA son casi cinco veces más comúnes en la comunidad afroamericana... "Sólo seis millas separan los barrios de Roland Park y Hollins Market en Baltimore ", dijo el preboste interino de [la Universidad John] Hopkins, Jonathan Bagger, el año pasado, "pero hay una diferencia de 20 años en la esperanza de vida".

En eso Baltimore se parece a Ferguson, pero es diferente en que Baltimore es un importante centro urbano en el corazón del Corredor Noreste, a una hora de la capital de la nación. Es dirigido por una clase política negra y es, como un colaborador SocialistWorker.org escribió en las redes sociales "totalmente integrado en el paisaje post-derechos civiles, un paisaje que incluye niveles masivos de segregación, concentración intensa de la pobreza y pasmosa brutalidad junto a una nueva clase media y clase política negra".

Por último, y gracias a TV series como The Wire, Baltimore ocupa el segundo lugar detrás de Detroit en su infamia de ser una ciudad cuya clase obrera negra ha sido diezmada por la desindustrialización.

Cuando el editor asociado de Jacobin, Shawn Gude describió la escena en el oeste de Baltimore después de un motín, él escribió: "Lo más relevante no fue la destrucción causada por los manifestantes--el coche de policía y la casa de préstamos destruidos--sino [la causada] por el capital: las hileras de decrépitas casas tapiadas".

Estas condiciones que forman el telón de fondo de la muerte de Freddie Gray obligarán a los activistas del movimiento Las Vidas Negras Cuentan a confrontar las intersecciones del racismo y el capitalismo, tal como Martin Luther King y Malcolm X hicieron en otra época.

Como dijo King en un discurso a menos de un mes de su muerte en 1968, y que ha sido repetido muchas veces en los medios sociales en la última semana:

Debo decir esta noche que la rebelión es el lenguaje de quien no es escuchado. Y ¿qué es lo EEUU no ha escuchado? No ha escuchado como la situación de los [negros] pobres ha empeorado en los últimos 12 o 15 años. No ha escuchado que no ha cumplido la promesa de libertad y justicia. Y no ha escuchado que grandes segmentos de la sociedad blanca están más preocupados por la tranquilidad y el estatus quo que de la justicia y la humanidad.

Quienes nos oponemos a la injusticia enfrentamos la tarea de construir sobre una amarga ira y sobre el deseo de luchar por un cambio, demostrado por las erupciones de Ferguson, Baltimore y más.

Debemos desafiar la hipocresía y la mentira sobre lo ocurrido esta semana en las calles de Baltimore, para organizar por algo de justicia en el aquí y ahora, comenzando por presentar acusaciones a los policías que asesinaron a Freddie Gray. Pero además, debemos presentar una visión de un mundo diferente por el que valga la pena luchar, basado en la solidaridad, la democracia y la justicia.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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