Buscando santuario en Ohio
Ingrid Raphael y Kyle Kerley reportan sobre la valiente confrontación contra ICE, de una mujer inmigrante en Ohio.
ICE QUIERE deportar una mujer de 40 años de edad, madre de tres hijos, quien ha vivido más que la mitad de su vida en los EEUU, primariamente en Columbus, Ohio.
Pero Edith Espinal dijo: No.
Este mes, Espinal buscó santuario en la Iglesia Menonita de Columbus, cuya comunidad decidió unánimemente continuar su tradición de abrir sus puertas a las víctimas de las políticas de anti-inmigrante del gobierno estadounidense.
"Hoy, Columbus, Ohio, verdaderamente ha llegado a ser una ciudad santuario," Rubén Castilla Herrera, director del Centro de Trabajadores de Ohio Central, donde Espinal ha sido una activista, dijo que un grupo de miembros comunitarios se había reunidos para recibir a Espinal. "Necesitamos cambios políticos y legislativos, pero fundamentalmente, el santuario viene del pueblo".
En septiembre pasado, Espinal--quien vino de joven a los EEUU desde México con su familia--decidió que sería muy arriesgado ir a una rutinaria cita con los oficiales de ICE, y se refugió en la iglesia.
Después de una conferencia de prensa bien publicitada, el mismo día en que la administración de Trump anunció que cancelaría el programa DACA (Acción Diferida Para Llegados de Niñez), ICE pareció relajar su control, ofreciendo a Espinal la opción de aplicar por residencia permanente. Espinal volvió a su familia.
Pero terminando septiembre, ella aprendió que ICE había negado su petición. Espinal fue ordenada a que comprara un boleto de vuelta a México, o enfrentara detención inmediata.
Su día de deportación fue determinado para el 10 de octubre; Espinal ha estado en santuario desde entonces.
Las iglesias históricamente han sido sitios de santuario porque ICE, teóricamente, no se entremeten en lugares que consideran "sensibles," incluyendo sitios religiosos, escuelas, instituciones de tratamiento médico, sitios para ceremonias y otros lugares públicos.
La congregación de la iglesia en Columbus, con el apoyo de activistas y miembros comunitarios, ha prometido proteger a Espinal. La iglesia fue parte del movimiento santuario de los años ochenta, en un tiempo cuando varias organizaciones religiosas ofrecieron refugio a gente de América Central, huyendo la violencia causada por las Guerras Sucias, un producto de la intervención estadounidense en la región.
ASÍ COMO la Iglesia Menonita de Columbus ha actuado como santuario por décadas, Edith Espinal también ha sido activista por la mayor parte de su vida. Según Mijente.net, Espinal protestó las políticas de inmigración en la frontera en Nuevo Laredo como una parte de Dream30. Ella ha estado en procedimientos de deportación desde esos días.
Espinal y su familia se han pronunciado en favor de la reforma migratoria y Espinal ha trabajado con el Centro de Trabajadores de Ohio Central: De acuerdo con Mijente.net: "Espinal y su familia han estado en las calles luchando, marchando, y defendiendo los derechos de inmigrantes. Ahora, es la hora de que nosotros la defendamos a ella y a su familia".
ICE ha tratado de presionar a Espinal, poniendo en la mira a su hijo Brandow Espinal González, quien también es indocumentado.
Aunque la audiencia en la corte de inmigración sobre su estado no se realizará hasta 2020, ICE exigió a Brandow registrarse con ICE cada dos semanas. Por cada cita que Brandow tiene con ICE, miembros comunitarios, líderes religiosos, y activistas han organizado demonstraciones fuera de la sede central de ICE en el centro de Columbus para asegurar su libertad.
El 16 de octubre, la familia Espinal y sus simpatizantes pudieron celebrar una pequeña victoria: Brandow no tendrá que volver a registrarse con ICE durante otros seis meses.
Como el defensor da la familia dijo: "Esto muestra que el apoyo comunitario realmente funciona, que ICE sabe que esta familia tiene mucho apoyo y que hay mucha gente luchando por su liberación y por su derecho a reunirse como familia."
Brandow estaba emocionado de contarle a su madre la buena noticia en su santuario en la iglesia. "Muchas veces la he visto llorar, ahora puedo ver su sonrisa, por ahora", le dijo a un periodista. "Me estaban utilizando para aterrorizar a mi mamá."
AHORA LA familia Espinal y sus simpatizantes esperan que la campaña de solidaridad ligada a su santuario logre justicia.
El ejemplo de Javier Flores García les da esperanza. Flores García buscó santuario en la Iglesia Metodista Unida en Philadephia, Pennsylvania, en noviembre del año pasado para proteger a su familia.
Este mes, debido a los esfuerzos solidarios de la comunidad, finalmente le fue concedida la "acción deferida" de su deportación, que lo dejará vivir y trabajar en los EEUU mientras espera su U-Visa, una visa que cubre a víctimas de crímenes. García fue apuñalado en 2004.
Estar aislado en santuario puede ser muy duro, porque significa estar lejos de la familia, las rutinas diarias, el trabajo, y la comunidad. Pero Edith Espinal está determinada a permanecer por su familia. "¿Qué harías si fueras forzada a separarte de tu familia?" ella preguntó a un reportero. "Creo que la mayoría de la gente haría lo que pueda para quedarse con sus hijos".
Este ha sido el camino que Edith Espinal ha decidido tomar en Columbus, Ohio, y también es el camino escogido por otros emigrantes, así es en una iglesia u otro "lugar sensitivo;" público o privado.
Como miembros de la comunidad, debemos proveer estos espacios protegidos y dar nuestro apoyo a nuestros vecinos, sin importarnos su estatus migratorio.
Las historias de éxito del movimiento del santuario tienen lecciones que podemos extraer para proponer opciones y seguridad a los inmigrantes indocumentados que temen ser deportados en el futuro.
Ser consciente de estas historias tiene un impacto en las decisiones de otros inmigrantes que enfrentan la amenaza de la deportación y de ser separados de sus familias. Desde que el caso de Edith Espinal ha ganado atención, otras personas han decidido entrar un santuario público en Ohio.
Es imperativo que construyamos una movilización de base para defender a los emigrantes, uniendo su lucha a la lucha contra la brutalidad policial, la lucha de los refugiados, de los pueblos indígenas y las víctimas del imperialismo estadounidense en todas sus formas.
La fuerza y el coraje de Edith Espinal deberían inspirarnos y ayudarnos a seguir adelante.