Intensificando la lucha

October 14, 2011

Un número creciente de personas se identifica con el movimiento Ocupa--y están siendo inspiradas por su ejemplo a tomar acción por un cambio real.

CUANDO EL banquero en jefe de Estados Unidos, Ben Bernanke, dice que entiende por qué la gente está protestando contra los bancos, es necesario decir un par de cosas.

Uno, es claro que el movimiento de protesta Ocupa Wall Street ha sacudido la política nacional con más fuerza que cualquier otro acontecimiento desde la rebelión en Wisconsin el invierno pasado, contra la represión sindical y la austeridad.

Y dos, cuídate la espalda.

En respuesta a una pregunta sobre Ocupa Wall Street en una audiencia del Congreso, el presidente de la Reserva Federal, dijo: "Le echan la culpa, con cierta justificación, de los problemas al sector financiero por meternos en este lío, y están insatisfechos con la respuesta aquí en Washington. Y de algún modo, no se les puede culpar".

Bernanke no es el único improbable simpatizante del movimiento Ocupa, el que se ha propagado desde el distrito financiero de Manhattan a cientos de ciudades, pueblos, universidades y más, de todo el país.

Nancy Pelosi, la líder demócrata en la cámara baja, dice que ella aprueba "el mensaje al establecimiento, ya sea en Wall Street o la clase política y los demás, que el cambio debe suceder". Incluso Barack Obama declaró en una conferencia de prensa: "La gente está frustrada, y los manifestantes están dando voz a una más amplia frustración de cómo funciona nuestro sistema financiero".

Tens of thousands gathered for a demonstration against Wall Street greed

Esto, venido de la misma gente que diseñó el rescate de Wall Street y se aseguró de que fuera aprobado por el Congreso en el 2008. Pero los demócratas, como Obama y Pelosi, son tan responsables como los ideólogos libremercadistas del Partido Republicano por las políticas gubernamentales que ponen adelante los intereses de la élite corporativa, mientras la peor crisis económica desde la Gran Depresión azota las vidas de las familias trabajadoras.

Así que aquellos de nosotros que apoyamos el movimiento Ocupa desde antes de que se convirtiera en un tema de conversación de los líderes demócratas, estamos justificadamente sospechosos cuando dicen que ahora estamos todos del mismo lado contra los banqueros.

Pero también podemos reconocer que esos comentarios demuestran cómo Ocupa Wall Street, y sus acciones hermanas en todo el país, finalmente, ha sacudido el estrecho "debate" político en Washington y ha echado luz sobre las inquietudes y opiniones de la gente común.

La cobertura de medios de comunicación del movimiento Ocupa ha ido del habitual burlesco desprecio a las protestas al reconocimiento a regañadientes de la profundidad de la frustración y la ira expresadas en las acciones. De acuerdo con Rachel Maddow de MSNBC: "[E]n el mes previo al movimiento Ocupa Wall Street hubo, en nuestra cuenta, 164 menciones de la frase "avaricia corporativa" en las noticias... En el mes transcurrido desde que el movimiento Ocupa Wall Street ha estado en marcha, ha habido 1.801 menciones de esa misma frase, "avaricia corporativa", en las noticias".

Ocupa Wall Street se ha convertido en faro para el descontento acumulado en tantos rincones de EE.UU.--por el desempleo y la creciente pobreza, por la complicidad de los líderes políticos en llevar a cabo el ataque al nivel de vida de los trabajadores, por una crisis social que se golpeando especialmente duro en las comunidades minoritarias, y por la enorme y creciente brecha entre los que tienen y los que no, en el país más rico del planeta.

El movimiento Ocupa no sólo refleja las ideas del pueblo. Además se auto-alimenta del sentimiento generalizado de que la sociedad debe cambiar--y este es el momento para hacerlo.

Esa es una actitud que se puede escuchada una y otra vez en las protestas Ocupa: Por fin, alguien está tomando acción. Así, el movimiento se ha extendido desde un núcleo de activistas, principalmente jóvenes, iniciando protestas y campamentos en Nueva York, a un número mucho mayor de personas, a sectores mucho más amplios de la sociedad.

El eslogan de Ocupa, "Somos el 99 por ciento", da expresión de una idea elemental de que hay lados en esta lucha, que nuestro lado ha permanecido en silencio durante demasiado tiempo, y que finalmente estamos encontrando nuestra colectiva voz.

Al realizar esto en tan sólo unas semanas, el movimiento Ocupa ya representa un gran paso adelante en la lucha por un mundo mejor, y ofrece confianza en los pasos por delante, a medida que más y más personas son inspiradas a unirse a la lucha.


EL MOVIMIENTO Ocupa muestra lo rápido que la situación puede cambiar en tiempos políticos volátiles.

La primera demostración ocurrió el 17 de septiembre en Nueva York, cuando más de 500 personas se reunieron para protestar y luego hicieron campamento en el Parque Zuccotti, rebautizado Plaza de la Libertad en honor a la Plaza Tahrir de El Cairo, con su diaria Asamblea General desde entonces.

Los organizadores fueron decepcionados por la participación inicial, pero varios factores ayudaron a que Ocupa Wall Street ampliara su apoyo. Uno de ellos fue el "Día de Indignación", el 22 de septiembre, una protesta el día después de que el estado de Georgia ejecutara a Troy Davis. Unos 2.000 furiosos manifestantes marcharon desde Union Square hasta el campamento en la Plaza de la Libertad, así estableciendo una práctica del movimiento Ocupar que se haría un punto focal de muchas luchas.

Luego, los activistas de Ocupa buscaron el apoyo del movimiento laboral, ofreciendo su solidaridad en conflictos laborales locales, como la huelga en el famoso restaurante Central Park Boathouse. A su vez, los principales sindicatos de la ciudad de Nueva York reconocieron la importancia de Ocupa Wall Street, y lo hicieron suyo--llevando a una protesta organizada por los sindicatos el 5 de octubre que trajo decenas de miles de personas.

Then, on September 24, the New York Police Department did its part, unleashing officers on demonstrators during a peaceful protest from Occupy Wall Street. Luego, el 24 de septiembre, la policía de Nueva York hizo su parte, cargando contra los manifestantes durante una marcha pacífica. Después de esto y del arresto masivo, una semana más tarde, de manifestantes que marchaban sobre el puente de Brooklyn, aún más llegó al campamento para mostrar su solidaridad contra la represión.

Esta experiencia, tan breve como es hasta ahora, guarda importantes lecciones.

Por un lado, mientras lema del movimiento "Somos el 99 por ciento" expresa admirablemente la determinación a hacer frente a la pequeña minoría que monopoliza la riqueza y el poder en esta sociedad, también es claro que el 99 por ciento no están todos del mismo lado.

Ahí está la policía, por ejemplo. Atacando los campamentos Ocupa en Boston y Atlanta el lunes por la noche, así como en Nueva York durante las últimas semanas, ellos mostraron de qué lado están--y no es el 99 por ciento.

A través de sus acciones, la policía está brindando una rápida educación a cualquiera que tenga ilusiones en ella--por ejemplo, algunos grupos de activistas que durante el arresto masivo en el Puente de Brooklyn, gritaban: "Únetenos. Eres uno de nosotros".

En realidad, aunque la mayoría de los individuos que son policías provienen de la clase trabajadora, el rol institucional de la policía en una sociedad capitalista "los pone directamente en contradicción con las aspiraciones y necesidades del resto de la clase", como Amy Muldoon escribió para SocialistWorker . org. Su trabajo no es "proteger y servir" a todos en la sociedad, pero a la misma minoría gobernante que el movimiento Ocupa está desafiando.

Incluso entre los que han sido movilizados por las protestas Ocupa, hay divisiones políticas que no deben ser ignoradas.

Por ejemplo, los libertarios derechistas que apoyan al candidato presidencial republicano Ron Paul ha aparecido en los campamentos Ocupa, especialmente en el Sur. Ellos también critican a las mismas instituciones financieras en la el movimiento ha centrado su lucha, pero sus objeciones son diferentes. Ellos quieren eliminar las regulaciones sobre la elite financiera--las que permitiría al 1 por ciento hacerse más ricos.

Ron Paul y sus seguidores son ferozmente anti-inmigrante, y su oposición a un "gobierno grande" termina cuando el Estado quiere imponer más restricciones al derecho de las mujeres a optar por el aborto. En el 2004, Paul fue el único congresista que votó en contra de una resolución para conmemorar el Acta de los Derechos Civiles de 1964--porque él cree que las empresas debieran ser permitidas a discriminar.

Considerar tal intolerancia parte de nuestra lucha sería una burla al compromiso con la igualdad y la democracia en el corazón de Ocupa--y sería ensartaría una cuña en el movimiento, dejando afuera del movimiento a muchos de los que más tienen para contribuir en la lucha: los inmigrantes, los afroamericanos y los que luchan contra agenda reaccionaria de la derecha, para nombrar unos pocos.


SI BIEN el movimiento Ocupa realmente no representa a todo el "99 por ciento", sin duda da voz a una gran mayoría de la sociedad--para ambos, sus quejas y sus esperanzas por una alternativa al status quo.

La politización de los manifestantes y su determinación de tomar una posición es tangible en las ocupaciones, donde tanto la gente nueva en el activismo y los que tienen más experiencia son parte en organizar el movimiento.

Más importantemente, esta misma característica se puede sentir más allá de los campamentos. En Portland, Oregon, por ejemplo--el sitio de uno de los más grandes campamentos Ocupa fuera de Nueva York--una colaboradora de Socialist Worker dice que su lugar de trabajo, en un edificio mira hacia el campamento, es un constante hervidero de discusiones acerca de la lucha. Cada mes de marcha que pasa por el edificio, dice ella, trae a sus colegas a la ventana para ver lo que está sucediendo--junto con largas horas de discusión política.

Esto está siendo repetido en diferentes maneras en todo el país. Ocupa Wall Street fue iniciado por un núcleo de activistas, muchos de ellos ya cometidos socialistas, anarquistas, o radicales de diversos tipos. Pero un número mucho mayor de personas ahora se identifica con el movimiento, incluso si tienen poco que ver con las meras actividades de las ocupaciones, debido a sus responsabilidades laborales y familiares.

Lo que es más, la atención nacional dada al movimiento Ocupa está inyectando a las luchas ya en curso mayor relevancia y confianza. Aquellos comprometidos con otros movimientos se han inspirado con el éxito de los activistas de Ocupa en hacer oír su voz--y seguramente seguirán su ejemplo.

Por supuesto, este gran interés y apoyo es precisamente por qué los líderes del Partido Demócrata están de pronto tratando de presentarse como partidarios de la lucha contra la codicia de Wall Street.

Nuestra pregunta es simple: ¿Dónde estaban los demócratas, Barack Obama y Nancy Pelosi, cuando los banqueros de Wall Street saquearon la economía? La respuesta: Eran parte del problema; desregulando el sistema financiero, principalmente, bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, y fallando, como la administración Obama, en hacer responsables a los banqueros y operadores de fondos financieros por el desastre que causaron.

Los demócratas se interesan por Ocupa Wall Street si les ayuda a acorralar votos para las próximas elecciones. Pero el límite de sus simpatías es claro--especialmente por las acciones de los alcaldes democráticos como Thomas Menino de Boston, quien soltó a la policía sobre los manifestantes de Ocupa.

Esa es la verdadera actitud del Partido Demócrata hacia la lucha Ocupa--no las declaraciones de simpatía de Barack Obama en una conferencia de prensa, pero las órdenes de los alcaldes demócratas para vaciar las calles y los parques.

Muchos de los participantes en Ocupa reconocen esto--pero la debilidad organizativa del movimiento abre las puertas a tales fuerzas.

En muchos de los campamentos Ocupa, incluyendo Nueva York, el núcleo de activistas que participa en la organización cotidiana del campamento critican a los demócratas por ser cómplices de un sistema que ha dado riqueza y poder abrumadores al 1 por ciento. Pero el compromiso de muchos a la estrategia de negarse a formular demandas concretas--en razón de que esto bien podría limitar el atractivo del movimiento o legitimar las estructuras económicas y políticas que oponen--de hecho le da un espacio a los demócratas.

Si nuestro movimiento no articular sus propias demandas, otros tendrán la oportunidad de hacerlas por nosotros. Los elementos básicos de la lucha Ocupa son claras y apoyados por la inmensa mayoría de la gente involucrada: subir los impuestos a Wall Street y los ricos; regular el poder de las corporaciones; usar el dinero de los contribuyentes para crear empleos y satisfacer las necesidades sociales, no para rescatar a los bancos o financiar las guerras; defender el derecho de los trabajadores a formar sindicatos, etc.

Tales demandas deben ser defendidas abiertamente. Como Doug Singsen escribió para este sitio web, "Podemos ser un modelo de cooperación y el empoderamiento" y aún así ser específicos y explícitos acerca de lo que queremos.


ENTOCES, ¿QUÉ viene ahora? El movimiento Ocupa ha tendido luz sobre la codicia y la corrupción de la elite de Wall Street, y sobre las desigualdades e injusticias institucionalizadas en la sociedad norteamericana. Debemos que mantener señalando esos problemas a los millones que ahora observan las protestas de cerca.

Parte del cometido a continuar este esfuerzo significa en este momento la preparación frente a la amenaza de la represión policial. Hasta ahora, represiones como la que tuvo lugar en Boston o en Nueva York han sido la excepción. Las autoridades, en muchos casos conscientes de la popularidad de las protestas, han evitado un ataque frontal.

Pero seguirán buscando oportunidades para ganar la mano. Los activistas de Ocupa deben estar conscientes de esta amenaza, con el entendimiento de que la fuerza de los números y un amplio apoyo social han sido siempre la mejor defensa de cualquier movimiento contra la represión.

En la mayoría de los campamentos, propuestas hechas para dar la mano a otras luchas han sido recibidas con entusiasta apoyo de al menos de la mayoría de los participantes.

Esto se porque las conexiones entre las luchas diferentes son tan obvias. Cualquiera que esté enojado por el rescate de los banqueros de Wall Street sabe quién está pagando el precio--los trabajadores, del sector público y del privado, con trabajo y desempleados. Las brutales tácticas que la policía usa contra los manifestantes son sólo una muestra de lo que sucede día a día en las comunidades de color--mostrando por qué el movimiento Ocupa debe ser anti-racista.

Por la misma razón, es importante que todos los movimientos y luchas reconozcan que Ocupa Wall Street ha cambiado el clima político y abierto un espacio para acciones más decisivas. Aliados dispuestos y capaces pueden ser encontrados en los campamentos Ocupa para la lucha contra la guerra y contra el racismo, por un medio ambiente sostenible y por la igualdad LGBT, y muchos más.

En particular, Ocupa Wall Street ha creado enormes y nuevas posibilidades en el movimiento obrero. Sindicalistas de base pueden ser más que simpatizantes con la lucha y organizar a sus compañeros de trabajo para participar en las protestas. También es crucial para los activistas de Ocupa extender su mano al movimiento laboral y ofrecer su solidaridad, especialmente prestando su apoyo al creciente número de conflictos laborales en todo el país.

Muchos de aquellos involucrados en la lucha Ocupa han sido inspirados a describir la suya como "nuestra Plaza Tahrir" o "nuestro movimiento de las plazas", como en Grecia. Esto es verdad hasta cierto punto--Ocupa Wall Street y sus acciones hermanas alrededor del país proporcionan un lugar para la gente harta de las cosas como de costumbre para juntarse y tomar una posición.

Pero también debemos saber lo que el movimiento Ocupa--aún--no es. La Plaza Tahrir, durante la revolución egipcia, no fue sólo una ocupación, sino una movilización de masas que fue la culminación de años de organización, incluyendo luchas obreras militantes. Del mismo modo, en Grecia, el movimiento de las plazas se produjo después de una serie de huelgas generales y de una rebelión juvenil contra la brutalidad policial.

Ocupa Wall Street ha electrificado a miles de personas y juntado las fuerzas que pueden formar parte de las luchas en otra escala, como en Grecia o Egipto. Pero si esas fuerzas se desarrollan o no, depende mucho de lo que los activistas hagan ahora.

Es tiempo de intensificar la lucha. En cada ciudad y pueblo, hay maestros que están bajo ataque, ejecuciones hipotecarias, casos de violencia policial, y más. El movimiento Ocupa puede ser una parte de la respuesta.

Queremos construir las ocupaciones y defenderlas contra los ataques de la policía. Y también queremos construir un espacio político que va más allá de las ocupaciones--una nueva resistencia que traiga el espíritu del movimiento Ocupa al trabajo, las escuelas y las comunidades en toda la sociedad.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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