De, por y para el rico

February 3, 2012

Nadie sube a la cima del sistema político en EE.UU. sin el apoyo de la patronal.

QUE SEA llamada la elección del 1 por ciento.

En su afán por ganar votos, podrán fingir interés en la vida de la gente común--una cena pueblerina para codearse con el "hombre común"--pero la cantidad de dinero que cada contendiente por la nominación republicana amasa cada año los pone de plano en la cima de la escala de ingresos en Estados Unidos.

Y no son sólo los republicanos--los principales demócratas, incluyendo a Barack Obama, hablan más a menudo acerca de la equidad económica, pero sin duda no se privan del tipo de riqueza que la gran mayoría de los estadounidenses no verá en su vida.

Esto es porque desde arriba a abajo, ambos partidos en Washington están comprometidos a proteger la riqueza y el poder de la minoría en élite estadounidense. Y ¿por qué no? El grueso de ellos es parte del 1 por ciento.


EL REPUBLICANO Mitt Romney--quién adquirió una amplia ventaja en las primarias republicanas después de su gran victoria en Florida--no puede pretender idea alguna de cómo los trabajadores estadounidenses viven. Su fortuna está en el rango de los $250 millones.

Mitt Romney, Newt Gingrich and Barack Obama

El ingreso de Romney en el 2010 y en el 2011 fue de $21.7 millones y $20.9 millones, respectivamente--la mayor parte de esto no haciendo algún "trabajo" real, sino por dividendos en acciones y renta en sus inversiones. Romney sólo pagó 13,9 por ciento en impuestos, gracias a la bondadosa tasa tributaria para los súper-ricos por sus ingresos financieros. Romney también se benefició de esconder su fortuna en bancos suizos y en "asociaciones" en el paraíso fiscal de las Islas Caimán.

En total, Mitt y Ann Romney "ganaron" más de $42 millones en los últimos dos años en inversiones--incluyendo miles de acciones de Goldman Sachs, que fueron vendidas justo antes que la temporada electoral comenzó, con un retorno de más de $1 millón .

El gigante de la banca apoyó a Romney en otras maneras también. De acuerdo con el New York Times, los empleados de Goldman "han contribuido al menos $367.000 para su campaña, haciendo de la firma el mayor donante para la campaña del Sr. Romney, hasta finales de septiembre".

En suma, Romney hizo un ingreso promedio anual--de $42,000 en EE.UU.--cada cuatro horas. Después de sólo una semana de "trabajo"--si así puede ser llamado--su ingreso pone a Romney firmemente en las filas del 1 por ciento. Ahora se entiende por qué tuvo el descaro de llamar "no mucho" los $362.000 que ganó el año pasado como orador.

Desesperado por hallar un modo de atacar a Romney, su oponente Newt Gingrich tomó cada chance para lapidarlo como un "especialista en adquisiciones corporativas" por su tiempo con la empresa financiera que fundó, Bain Capital--este tipo de empresa se especializa en comprar compañías en dificultades, reducir sus costos por medio de despidos y cierres de plantas, desmantelándolas, y vendiendo sus partes a grandes ganancias.

La esquizofrenia de esta temporada presidencial hace que lo que en cualquier otro día es una práctica comercial cotidiana sea ahora oportunistamente aprovechada por los republicanos--cuya ética política gira en torno a justificar la explotación capitalista, no importa su costo humano--para atacarse los unos a los otros.

Pero ni trates de decir a Romney que alguien como él no puede pretender estar en toque con el pueblo.

Preguntado fuera de su sede de campaña en Charleston, SC: "¿Qué harías para apoyar al 99 por ciento, viendo como eres parte del 1 por ciento?" Romney objetó la pregunta--es cierto--de anti-americana. "Si tienes un modelo mejor, si crees que China está mejor, o que Rusia está mejor, o Cuba está mejor, o Corea del Norte está mejor, estoy encantado de escuchar todo sobre ello, pero ¿sabes qué? América está bien, y tú estas equivocado", se burló Romney.

Pero, ¿cómo un hombre se hace tan fabulosamente rico?

Podemos agradecer a ambos, republicanos y demócratas, y a su empuje por rebajar los impuestos a los ricos. Los impuestos a las ganancias de capital por inversiones y dividendos fueron drásticamente reducidos durante la administración Clinton, gracias a un acuerdo alcanzado entre Bill Clinton y el entonces presidente de la cámara baja Newt Gingrich. Las exenciones tributarias para los ricos aumentaron bajo George W. Bush--y el gobierno de Obama no las ha retirado.

Por supuesto, no es como si alguno de los oponentes de Romney realmente entiende la lucha que las familias trabajadoras pasan cada fin de mes.

A pesar de los ataques sobre Romney por sus cuentas bancarias en Suiza, Gingrich también pertenece al 1 por ciento. Según Roll Call, el ex vocero de la Casa de Representantes tiene activos por un valor de $7,3 millones--sin incluir sus casas u otras propiedades. Además, él recibe millones más en ingresos, incluidos $2,5 millones de "Producciones Gingrich" durante el año 2010, y otros $72.000 de su "agencia de talentos".

Como Roll Call lo puso, el ex vocero ha construido un muy rentable imperio derechista: "La red de empresas de Gingrich, yendo de una mesa de trabajo sobre la atención de la salud a una productora de documentales, ha generado cerca de $100 millones en ingresos durante la década pasada".

Luego, por supuesto, está el asunto del cabildeo de Gingrich--o "consultoría", como él lo llama--para el gigante hipotecario Freddie Mac, por lo que Newt recibió $1,8 millones durante un período de unos pocos años.

En Washington, tales prácticas son comunes. Repasando las listas de congresistas derrotados o jubilados--de ambos partidos--se hace evidente cómo un gran número de ellos encuentra una "segunda" carrera como traficantes de influencias para las corporaciones y los grupos empresariales, precisamente por el especial acceso al Congreso que pueden proporcionarles.

Esto provee una preciosa lección acerca del capitalismo: Una clase entera no hace trabajo real alguno, pero aún amasa fortunas--y puede comprarse la clase política para proteger y expandir sus riquezas a expensas de los trabajadores y los pobres.


AUNQUE NOS aseguran estar luchando por las familias obreras de EE.UU., los líderes demócratas también están firmemente asentados en el 1 por ciento.

Barack y Michelle Obama reportaron ingresos de $1,73 millones en 2010, por debajo de los $5,5 de 2009. Los Obama de hecho pagaron $453.770 en impuestos por sus ingresos de 2010, pero aun así les queda lo que caritativamente se puede llamar un "cómodo" ingreso de más de $1 millón al año.

A pesar de las descabelladas afirmaciones de que Obama se dedica a la "guerra de clases," las grandes empresas siguen engrasando las ruedas de su máquina electoral. Para septiembre, ésta había recaudado más de $86 millones, y sus principales donantes incluyen Microsoft ($171.573) y Comcast ($113.800). Incluso Goldman Sachs está en la lista, con donaciones de sus empleados y sus familias por más de $50.000.

Obama puede haber tomado una postura populista contra la desigualdad de ingresos en su discurso El Estado de la Unión, pero la verdad es que el presidente se mantiene firme dentro del 1 por ciento--y ellos esperan mucho a cambio de sus donaciones.

Como Bill Moyers y Michael Winship escribieron en Salon.com:

El presidente Obama puede llamar a los banqueros "gatos gordos" y agitar la plebe en su contra con una retórica populista cuando sirve a sus intereses, pero después del fiasco fiscal, él permitió a los culpables escapar casi sin rasguños. Cuando viene a Nueva York, él cena con ellos y con frecuencia y entusiasmo acepta sus grandes contribuciones. Como sus predecesores, su administración también les ha otorgado miles de millones de dólares de los contribuyentes--dinero barato que ellos usan para inversiones de alto riesgo, para hacer grandes ganancias.

Obama y los demócratas están hablando acerca de empujar por la "Regla Buffet"--la idea, llamada así por el multimillonario Warren Buffet, de que los que ganan más de $1 millón al año debe pagar al menos la tasa de impuestos de los trabajadores. Pero no cuenten con ellos para presionar por esto--ellos ya han señalado que la cuestión debe ser dejada para después de las elecciones.

La verdad es que toda elección presidencial es una elección del "1 por ciento"--porque la única forma de subir tan alto en las filas de la política en Estados Unidos es asegurando el apoyo de los capitalistas. Es por eso que un cambio real no vendrá por votar por este u otro candidato, sino al adoptar el tipo de lucha que el Movimiento Ocupa ha ayudado a impulsar a través del país: la lucha para poner fin a las ejecuciones hipotecarias, para detener los recortes presupuestarios, y para demandar la justicia económica y social--y en última instancia, la lucha por una sociedad diferente, basada no en el provecho económico, sino en las necesidades humanas.

Como líder socialista Eugene Debs dijo en un discurso ante un tribunal, tras ser declarado culpable de sedición por oponerse a la Primera Guerra Mundial:

Me opongo a un orden social en el que es posible que un hombre que no hace absolutamente nada útil amase una fortuna de cientos de millones de dólares, mientras que millones de hombres y mujeres que trabajan todos los días de su vida hagan apenas lo suficiente para asegurar una existencia miserable.

Este orden de cosas, no siempre puede ser soportado. Yo he registrado mi protesta en su contra. Reconozco la debilidad de mi esfuerzo, pero, afortunadamente, no estoy solo. Hay multiplicados miles otros que, como yo, se han dado cuenta que antes de que verdad podamos disfrutar las bendiciones de la vida civilizada, debemos reorganizar la sociedad sobre una base mutual y de cooperación.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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